This story is part of a series of 2025 outlooks from PNC Corporate and Institutional Banking.
Es un entorno difícil para los consumidores. La inflación persiste y los sueldos no están aumentando al mismo ritmo. Los niveles de endeudamiento hipotecario y no hipotecario están aumentando, y las tasas de ahorro personal han caído a mínimos que no se veían desde hace casi 20 años. Considerando todos estos factores, los consumidores están priorizando la economía y la relación calidad-precio, o valor, en un afán por maximizar sus recursos económicos destinados a la compra de alimentos y bebidas en establecimientos minoristas. Están expresando sus preferencias a través de sus elecciones de compra, tanto dentro como fuera del hogar.
Los principales minoristas de comestibles están manteniendo los precios para mejorar la afluencia de clientes y el volumen de sus compras, mientras que los operadores están ampliando la oferta y variedad de productos de marca propia. Hoy en día, las marcas privadas representan casi una cuarta parte de las ventas totales de la industria. El enfoque en precios accesibles y el valor han ayudado a reducir la inflación de los alimentos para consumo en el hogar a niveles casi nulos, en comparación con los altos niveles de un solo dígito registrados hace apenas unos años.
La inflación en alimentos consumidos fuera del hogar sigue siendo alta, observándose una reducción en la afluencia de clientes en diversas modalidades de establecimientos gastronómicos. En los restaurantes de gama media a alta, como consecuencia de los persistentes incrementos en los precios, se observan disminuciones de un solo dígito en el número de visitantes. Los establecimientos de servicio rápido y casual están mostrando un desempeño ligeramente mejor, aunque siguen enfrentando una dinámica similar caracterizada por el aumento en los precios y la disminución en el flujo de clientes. El sector de servicios de alimentos responde a esta dinámica mediante un enfoque en las ofertas de valor.
“En el futuro, probablemente veremos una nueva norma en cuanto al aumento de los precios”, comentó Jim Kenwood, jefe del grupo de Asesoría de Alimentos y Bebidas de PNC Bank. “Las compañías situadas en diversos puntos de la cadena de valor están reconociendo que si siguen aumentando los precios, los consumidores, cuyos recursos ya son limitados, optarán por consumir en otros establecimientos. Es de crítica importancia que las empresas consideren la salud del consumidor y su impacto en las estrategias de fijación de precios y planeación de la demanda. Es sencillo, pero la omisión de esta práctica en el mercado actual puede provocar una reducción en los ingresos totales y netos.”
Además de los precios, la innovación también es clave. “A pesar de que los operadores minoristas de alimentos y servicios de comida luchan con la planeación de la demanda en este entorno, algunos están prosperando notablemente debido a que han sabido adaptar sus productos a los perfiles de gusto y conveniencia de los consumidores”, señaló Kenwood. “La falta de innovación y reestructuración de productos para el beneficio de los clientes repercutirá negativamente en los resultados de ganancias y pérdidas. En este mercado, las compañías exitosas serán aquellas que realmente atiendan los deseos del consumidor.”
Aunque ciertos aspectos del panorama general pueden no estar totalmente claros, una cosa es segura, según Kenwood: las compañías que preparan, transportan y venden alimentos y bebidas seguirán destinando capital a impulsar la innovación e invertir en el crecimiento gradual de la demanda.
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