Los miembros de cada generación ven a los que les suceden con una mezcla de escepticismo, crítica, admiración y con un desconcierto total. Esto es solo una respuesta humana natural y no resulta sorprendente.

Las experiencias y eventos que dan forma a cada generación son profundamente influyentes y diferentes, y juegan un papel en la formación de sus actitudes y conductas colectivas. Las expectativas generacionales y la manera de enfocar el trabajo y las carreras son ejemplos fundamentales de ello. Por ejemplo, la generación de los “Baby Boomers” priorizan las recompensas financieras y buscan el prestigio de los títulos de empleos impresionantes y beneficios como oficinas pretenciosas y espacios de estacionamiento para ejecutivos. Los “Baby Boomers” son además leales a sus empleadores, y muchos consideran que un empleo de por vida en la misma compañía es un objetivo encomiable.

Los miembros de la generación de los “Millennials”, los nacidos entre 1981 y 1996, tienen diferentes actitudes y expectativas acerca del trabajo. La lealtad hacia un empleador prácticamente no existe. Según una encuesta[1] de Gallup, la quinta parte de los llamados “Millennials” cambió de trabajo el año pasado, y seis de cada diez estaban dispuestos a buscar nuevas oportunidades. Los datos de Gallup revelan que solo tres de cada diez “Millennials” tenían una conexión “emocional y conductual” con sus empleos. Crear una pequeña empresa como un “Baby Boomer” resulta bastante diferente a hacerlo como un “Millennial”.

El surgimiento de los empresarios de la generación Z

Los miembros de la generación Z nacieron entre 1996 y 2012. Aunque comparten muchas experiencias y actitudes sobre el trabajo y sus carreras con sus predecesores “Millennials”, también son diferentes. Quizás la diferencia más señalada sobre cómo la generación Z contempla su trayectoria profesional futura sea la aversión que muestran por una carrera de larga duración en una compañía de gran tamaño. Los miembros de la generación Z son autosuficientes de manera que no lo han sido otras generaciones y abrumadoramente se ven a sí mismos como la fuente principal de ingresos y de realización laboral.

Cerca del 62 por ciento[2] de los miembros de la generación Z ya iniciaron o planean iniciar sus propias empresas. Existe una amplia gama de razones por las que la generación Z se siente tan atraída por el espíritu empresarial. Una de ellas es simplemente porque han visto de primera mano algunos de los riesgos de seguir una trayectoria profesional más tradicional.

El grueso de los miembros de la generación Z tenían alrededor de 12 años de edad cuando un colapso financiero provocó una abrupta y agotadora Gran Recesión entre diciembre de 2007 y junio de 2009. En esos 18 meses, cerca del 20 por ciento de los empleados[3] perdieron sus trabajos. El efecto dominó de la Gran Recesión fue considerable, ya que una gran parte de quienes perdieron sus empleos cuando la economía se derrumbó, no pudieron encontrar nuevos puestos de trabajo con salarios y beneficios similares. Observar a sus padres y hermanos quedarse sin trabajo y luchar para encontrar nuevos empleos, tuvo obviamente un impacto sobre la percepción de la generación Z en cuanto a la fragilidad del empleo tradicional.

Aunque los miembros de la generación Z no hubieran nacido todavía cuando se produjo la Gran Recesión, o que ya haya pasado el tiempo suficiente como para que sus lecciones sean menos agudas, los miembros de la generación Z que entraron al mercado laboral en años recientes han recibido nuevos y poderosos recordatorios sobre la importancia de la autosuficiencia. Justo cuando muchos de los miembros de la generación Z terminaban la universidad y comenzaban a buscar trabajo, la pandemia del coronavirus desencadenó una violenta contracción de las oportunidades de empleo y el cierre global del trabajo, las escuelas y la vida social.

Igual que sucedió con otras generaciones, la pandemia suscitó la duda de si era sensato seguir carreras tradicionales entre muchos miembros de la generación Z. En otras palabras, la llamada Gran Renuncia provocó que muchos miembros de la generación Z reconsideraran qué tipo de vida laboral querían crear.

La tecnología permite que sea más alcanzable el espíritu empresarial

Eventos globales adversos como el COVID-19 no son solo la razón por la que muchos en la generación Z vean el espíritu empresarial como la manera más atractiva y gratificante para crearse una carrera profesional. Ello también ha hecho mucho más asequible que nunca antes la posibilidad para muchas personas de iniciar una empresa en la actualidad. Una razón es que resulta relativamente poco costoso lanzarse a un nuevo emprendimiento. Un estudio[4] realizado por la Organización Gallup reveló que el promedio de creación de una empresa requiere un capital de menos de $10,000 y que casi tres cuartas partes de las compañías nuevas arrancan sin ningún tipo de fondos externos.

Esa barrera financiera relativamente baja para comenzar nos ayuda a explicarnos por qué tantos miembros de la generación Z pudieron arrancar los llamados “negocios secundarios”, emprendimientos para ganar dinero que no son trabajos a tiempo completo y que, por lo regular, surgen de un pasatiempo o afición de una persona, durante la pandemia. El hecho de que arrancar una nueva empresa sea financieramente viable se relaciona con las plataformas y tecnologías de bajo costo que hacen que sea asequible y eficaz para los miembros de la generación Z crear, comercializar y hacer crecer sus empresas.

Por ejemplo, en el pasado, los empresarios digitales debían contar con suficiente dinero para pagar los servidores, el diseño web y otros servicios esenciales para crear y poner en marcha un sitio web con capacidad para el comercio electrónico. Sin embargo, en la actualidad existen muchas herramientas digitales de bajo costo o gratis. Los miembros de la generación Z con una afición por la magia, la música, los videojuegos, el ciclismo o la artesanía, pueden comercializar sus productos y servicios en YouTube, Instagram, TikTok, y otras plataformas de las redes sociales, y recurrir a plataformas de comercio electrónico y aplicaciones de pago de bajo costo para tramitar pedidos y transacciones.

Para los miembros de las generaciones anteriores, la cantidad de tecnologías disponibles para poner en marcha y hacer crecer una empresa resulta un laberinto intimidante, más propenso a provocar confusión y frustración que a acelerar los esfuerzos de un empresario. Eso, en forma alguna, resulta inexacto para los miembros de la generación Z. Esta generación creció con la tecnología jugando un papel fundamental. De hecho, la generación Z emplea 11 horas como promedio[5] en sus dispositivos móviles y transmite videos durante 23 horas a la semana. Como resultado, siente una gran comodidad al utilizar las tecnologías digitales, y está muy familiarizada con la utilización de la tecnología para la autopromoción y la construcción de la marca de una nueva empresa.

Tampoco está de más decir que la generación Z es inteligente. Según un estudio del Pew Research Center[6], la generación Z es la generación con mayor educación hasta la fecha, con casi un 60 % con estudios universitarios. En comparación, en 1986 alrededor del 44 por ciento de la generación X iba a la universidad y en 2002 lo hacía el 53 % de los “Millennials”. 

Habilidades necesarias para ser un empresario exitoso

Los empresarios de la generación Z que comienzan tienen mucho a su favor: Están ansiosos por determinar su propio camino, ven la creación de pequeñas empresas como una manera de crear un patrimonio y cuentan con las habilidades tecnológicas y la aptitud necesarias para arrancar y crear una empresa con fondos relativamente pequeños.

Pero todo aquel que comenzó una pequeña empresa con éxito sabe que convertir la mejor idea en una compañía viable y duradera exige una abrumadora variedad de habilidades. Estos son algunos consejos para que los propietarios de empresas de la generación Z adquieran las habilidades fundamentales necesarias para hacer realidad su sueño de crear una empresa. Algunas de estas habilidades son específicamente de los empresarios más jóvenes, mientras que otras son el fundamento para el éxito de cualquier persona que desee desarrollar una nueva empresa.

Buscar un guía o mentor

La confianza suprema es con certeza una cualidad necesaria para todos los empresarios de éxito. Creer en el valor de la compañía que está creando resulta esencial para sobreponerse a los contratiempos inevitables que acompañan a la creación de productos y servicios, encontrar clientes, y conseguir financiamiento. Aunque la confianza es fundamental, también necesita informarse de la realidad que nos rodea a todos: No lo sabemos todo y podemos beneficiarnos en gran medida de la orientación y los consejos de otras personas que ya han realizado el esfuerzo de lanzar y hacer crecer una empresa.

Por suerte, muchos empresarios de la generación Z comprenden el valor de trabajar con alguien de más experiencia que sirva de guía o mentor. Por ejemplo, una encuesta reciente entre empresarios de la generación Z[7], reveló que más del 60 por ciento deseaba asesoramiento sobre cómo ampliar sus compañías, así como orientación sobre los matices financieros y legales de ser propietarios de pequeñas empresas.

Existen numerosos recursos que los empresarios pueden aprovechar para encontrar un mentor. Aquellos que todavía son estudiantes pueden buscar los consejos de un profesor o asesor de empresas. SCORE[8] es una red de ejecutivos jubilados de cualquier industria que pueden ofrecer asesoramiento gratuito en temas importantes para los empresarios, desde planificación comercial hasta finanzas, o recursos humanos.

Dado el nivel de comodidad de la generación Z con la tecnología, no debería ser una sorpresa que muchos busquen asesoramiento en comunidades en línea, tales como Reddit, o se inscriban en MasterClasses sobre aptitudes empresariales. Si usted es alguien ya establecido en su profesión y un miembro de la generación Z busca su ayuda, recuerde que puede estar haciéndole un favor. De hecho, James Heskett de la Harvard Business School aboga por una tutoría inversa[9], en la que los miembros de la generación Z ofrecen sus ideas y perspectivas sobre la tecnología a sus mayores. Heskett relata la historia sobre como el legendario director ejecutivo de General Electric, Jack Welch, obtuvo tanto valor al solicitar la opinión de los empleados más jóvenes sobre computación personal e Internet, que básicamente ordenó a otros ejecutivos de General Electric que hicieran lo mismo.

Desarrollar sólidas habilidades financieras

Al final, el éxito de todas las pequeñas empresas se mide en dólares y centavos. Una compañía tiene que ganar dinero. Y cuando del financiamiento se trata, los empresarios tienen mucho que aprender.

Por ejemplo, ¿sabe usted qué es un balance general y cómo descifrarlo? ¿Puede calcular el retorno de la inversión (ROI) del gasto de su compañía? Sin estas habilidades, los empresarios arriesgan malgastar un valioso capital que puede mantener una compañía en funcionamiento y crecimiento. Una de las mejores prácticas para los empresarios jóvenes es forjar una sólida relación con su socio bancario. El socio bancario adecuado puede ayudar a los propietarios de pequeñas empresas a elevar su comprensión sobre temas y cuestiones financieras importantes. De igual importancia resulta que un socio bancario pueda ayudar a los jóvenes empresarios a conseguir el financiamiento adecuado para cada etapa en el crecimiento de su compañía.

Reforzar las habilidades de comunicación

Un empresario es ante todo un vendedor. Sin importar a que industria pertenezca su compañía ni el papel que crean desempeñar en su empresa; todos los empresarios emplean sus días vendiendo. En ocasiones, se trata de vender un producto o servicio a nuevos clientes reales. Otras veces se trata de vender a un nuevo empleado potencialmente valioso por qué debería unirse a su empresa. O puede tratarse de vender a los inversionistas el valor único que puede crear una empresa y por qué sería bueno que invirtieran sus dólares para respaldarlo. 

Al ser la primera generación que creció en medio de los teléfonos inteligentes y demás dispositivos digitales, la generación Z cuenta con unas preferencias de comunicación únicas. En una encuesta realizada hace unos años, el 65 por ciento de la generación Z [10] expresó que prefería comunicarse de forma digital en lugar de en persona. La misma encuesta halló que el 70 por ciento de la generación Z duerme con el teléfono a su alcance, y que casi un tercio pensaba que era aceptable enviar mensajes de texto en medio de una conversación en persona. 

Los empresarios exitosos de la generación Z comprenderán que sus propias preferencias de comunicación no son compartidas por el resto de las generaciones y que, de hecho, podrían ofender a posibles clientes, proveedores e inversionistas. Los empresarios inteligentes de la generación Z tomarán el tiempo que sea necesario para conocer las preferencias de comunicación de otras generaciones[11] y adaptarán su opción de canal de comunicación y la forma de comunicarse en consecuencia. Por ejemplo, los “Baby Boomers”, prefieren las conversaciones en persona y probablemente no se sentirán encantados de recibir un mensaje de texto relacionado con la empresa lleno de emojis (lo que probablemente estaría bien si el destinatario fuera un colega de la generación Z). 

Una simple investigación en línea puede proporcionar a los empresarios la información que necesitan para comunicarse eficazmente con clientes, empleados e inversionistas. Esto es algo en lo que la orientación de buenos mentores empresariales puede ayudar. Además de ayudar en la orientación sobre qué tipos de comunicación son bien recibidas por las diferentes generaciones y cuáles no, los mentores también pueden proporcionar una valiosa orientación sobre lo que resulta importante en los distintos tipos de comunicación. Por ejemplo, las negociaciones exigen un enfoque de comunicación único en comparación con un argumento de venta. 

Habilidades de administración que crean una cultura de compañía excelente

La generación Z le da mucha importancia a la cultura de la compañía. En una encuesta reciente realizada por la compañía de consultoría Deloitte, cerca de la cuarta parte de la generación Z expresó que escogieron trabajar para su empleador actual porque ofrecía una cultura corporativa positiva. En general, una cultura corporativa atractiva para la generación Z quiere decir que una compañía está comprometida con algo más que ganar tanto dinero como sea posible y que también valora la igualdad, la sostenibilidad ecológica y otras causas sociales que les preocupan.

Como empresarios, los miembros de la generación Z necesitan entender que son líderes y que deben crear y cultivar el tipo de cultura corporativa que priorizan. Esto se reduce a las habilidades de administración que son exclusivas de la generación Z y atemporales. Por ejemplo, los líderes eficaces necesitan modelar los rasgos que valoran. Supongamos que a un empresario le preocupa la empatía y la transparencia en sus interacciones con los clientes y colegas. En ese caso, el mensaje que envían si actúan teniendo en cuenta esos valores sería un poderoso mensaje; un mensaje negativo igualmente poderoso se transmitiría cuando se comporten de manera que viole esos valores.

Una encuesta[12] entre estudiantes de la generación Z proporcionó una perspectiva sobre el tipo de líderes que probablemente serán. Muchos miembros de la generación Z expresan que prefieren un estilo de liderazgo democrático en el que las organizaciones alcancen un consenso antes de tomar una decisión. Casi la misma cantidad de estudiantes afirmó que asumen un estilo de liderazgo que dé prioridad a las emociones y el bienestar de los demás. Lo que también queda claro en la encuesta es que prácticamente ningún miembro de la generación Z piensa que un enfoque tradicional de mando y control en el que los líderes de mayor jerarquía toman todas las decisiones y no solicitan opiniones sea digno de imitar.

La administración del tiempo lo es todo

Los empresarios necesitan muchas cosas para tener éxito: Necesitan dinero, buenas ideas y colegas, y necesitan mentores, habilidades de comunicación y redes de apoyo. Pero, sobre todas las cosas, los empresarios de todas las generaciones necesitan más tiempo.

Lamentablemente, el día solo tiene 24 horas, por lo que aprovechar al máximo esas horas valiosas determinará en gran medida el éxito o el fracaso de un emprendimiento empresarial. En otras palabras, ello significa desarrollar habilidades de administración del tiempo para garantizar que se aborden las tareas más importantes de una nueva compañía. Existen muchas maneras para desarrollar habilidades de administración eficaz del tiempo. Por ejemplo, muchos empresarios optan por programar cada minuto del día. Esto proporciona estructura y control sobre cómo un empresario emplea su valioso tiempo y evita el peligro de que las tareas múltiples y las distracciones dominen el día.

Un beneficio importante de programar cada día de trabajo por adelantado es que obliga a pensar de manera estratégica. Dada la importancia de la iniciativa, ¿resulta suficiente el bloque de 30 minutos dedicado a la planificación de una campaña en las redes sociales? ¿O quizás los productos y servicios de una compañía ni siquiera están lo suficientemente desarrollados para garantizar su promoción, y resulta necesario dedicar cada minuto al desarrollo del producto, el reclutamiento de personal y la obtención de fondos? Esas son las decisiones que tomarán los empresarios al realizar la planificación del día. Otros consejos para mejorar la administración del tiempo incluyen aprender a delegar tareas que el empresario no necesita realizar él mismo y aprovechar las herramientas que ofrece la tecnología para ahorrar tiempo y mejorar la productividad.

Cómo asumir el camino empresarial

La generación Z puede llegar a convertirse en la generación empresarial. Todo comienza con el simple hecho de que muchos en la generación Z consideran que crear una empresa es la clave para alcanzar sus metas profesionales y personales.

Pero cuentan con otras ventajas incorporadas que les han faltado a otras generaciones. Son expertos en tecnologías y habilidades digitales que hoy en día son necesarias en empresas de cualquier tamaño. Y esas tecnologías proporcionan herramientas que permiten que arrancar y hacer crecer una nueva compañía sea mucho más asequible que nunca.

Sin embargo, por muy concluyentes que sean las ventajas de los empresarios de la generación Z, la realidad es que arrancar una empresa que sea duradera siempre será un reto difícil de vencer: solo alrededor del 30 % de las pequeñas empresas sobreviven durante una década.[13] Aumentar las probabilidades de éxito de los empresarios de la generación Z se traduce en utilizar las ventajas con las que cuentan y comprometerse a desarrollar las habilidades adicionales que se requieren para crear una compañía que pueda durar generaciones. Obtenga más información sobre abrir su empresa con recursos de PNC para abrir una empresa.