El camino hacia el éxito jamás es una línea recta. Hay curvas, baches y otros obstáculos que se cruzan en el camino. Si usted ha estado haciendo negocios, supongamos, durante más de una semana, entonces ya sabe esto muy bien.
Sin embargo, aunque algunos problemas son apenas poco más que inconvenientes, otros podrían ser fatales para cualquier empresa. Podría tratarse de un incendio o un desastre natural. Podría tratarse de la pérdida de un miembro importante del equipo. Podría tratarse de problemas legales o la caída inesperada de las ventas. O podría tratarse de cualquier combinación desafortunada de estas cosas.
¿Qué puede hacer una empresa como la suya para prepararse para lo desconocido? Elabore un plan de respuesta sólido.
“Trabajamos con clientes de pequeñas empresas de cada descripción posible”, menciona Shana Peterson-Sheptak, directora de Banca empresarial de PNC Bank. “Sin embargo, ya sea que se trate de un consultorio médico, un comercio minorista o una empresa de construcción, todos tienen algo en común: Son optimistas por naturaleza. Prácticamente es necesario para abrir una empresa. Sin embargo, también es importante moderar esa creencia en el futuro con prudencia”.
Debe tener un plan B y uno para cada letra del resto del abecedario.
Probablemente usted ya sepa la importancia que tiene un plan de negocio. Es la hoja de ruta que mantiene a los empresarios con los pies en la tierra y avanzando en la dirección correcta. Al mismo tiempo, Peterson-Sheptak señala cómo es una buena idea tener esbozadas algunas rutas alternativas. Solo por si acaso.
“El mundo de los negocios está lleno de supuestos. Considere la pandemia de COVID-19, cuando los empresarios tuvieron que abrirse paso. Las recesiones económicas también son una realidad. Aunque nadie quiere pensar en que vayan a suceder cosas malas, es importante cuando menos tener en cuenta esas posibilidades mientras planifica los próximos años de crecimiento”.
Esto no significa que se debe paralizar por el miedo, sino más bien que debe tener un plan de contingencia listo para implementarse, un documento que sea revisado y actualizado periódicamente. Desde luego, el plan de contingencia no contemplará todas las posibilidades, pero es un excelente punto de partida.
Cómo redactar un plan de contingencia
Es un proceso. Y esto es lo que pensamos sobre cómo planificar para que su empresa siga avanzando, sin importar lo que suceda:
- Identifique los riesgos. ¿Qué podría pasar? Esto depende en gran medida del tipo de empresa que tiene y de donde hace negocios. Por ejemplo, ¿se ubica en una zona en la que el clima es severo con frecuencia? ¿O su equipo realiza trabajos que pueden ser peligrosos? Cuantos más riesgos identifique, más posible será abordarlos individualmente con planes de acción concretos.
- Priorice los riesgos. Algunas emergencias tienen más probabilidades de presentarse que otras. Por ejemplo, si su empresa depende directamente del gasto discrecional, entonces una posible caída de la economía definitivamente debe ubicarse casi al inicio de su lista.
- Desarrolle planes de acción individuales. Ahora que ha identificado los riesgos, ¿cómo puede mitigar los daños correspondientes a cada uno? Por ejemplo, si su empresa es vulnerable a una economía débil, ¿cómo accederá al capital suficiente para tener flujo de caja y poder resistir las épocas de escasez?
- Mantenga actualizado el plan. Al igual que su plan de negocio, debe actualizar los planes de contingencia en función de la situación actual de su empresa. Por ejemplo, si su empresa ha tenido un crecimiento significativo desde la última vez que desarrolló un plan de contingencia, actualizar dicho plan puede garantizar que sus proyecciones financieras sean correctas.
“Es un consejo viejo, pero no deja de ser un buen consejo: haga un plan y ejecútelo”, continua Peterson-Sheptak. “Cuando enfrenta una crisis en su empresa, lo último que debe hacer es improvisar. Y, como beneficio añadido, tomar una medida decisiva ante lo inesperado ayuda a generar confianza entre sus empleados, proveedores y clientes”.
Tener las herramientas que necesita
Es bueno tener un plan. Es incluso mejor contar con un arsenal financiero para luchar por el funcionamiento de su empresa si es necesario. Esto significa que este es el momento para que organice lo que necesita, y no empezar cuando ocurra un desastre.
“Somos un socio financiero receptivo para nuestros clientes de pequeñas empresas”, añade Peterson-Sheptak. “Sin embargo, es necesario tener en cuenta que el proceso para recibir un préstamo empresarial puede tardar días. Si enfrenta una emergencia, como una crisis de dinero repentina y necesita pagar la nómina, esa no es una buena situación que enfrentar para ningún propietario de una pequeña empresa.
En otras palabras, es mejor contar con crédito disponible y no necesitarlo. El acceso rápido al capital puede marcar la diferencia entre sobrevivir a una emergencia y no tener otra opción más que retirarse. Entonces, ¿cuáles son sus opciones?
Es importante contar con una línea de crédito que permita a la empresa solicitar dinero prestado libremente hasta el límite preestablecido. En caso de una emergencia en la empresa, una línea de crédito permite que acceder al capital sea tan sencillo como girar un cheque contra su línea de crédito o iniciar sesión en su cuenta.
“Una línea de crédito puede darle la flexibilidad y los medios financieros para resistir una crisis sin el estrés adicional de solicitar un préstamo”, añade Peterson-Sheptak. “Sí, implica un pequeño cargo anual. Pero ese es un cambio verdaderamente pequeño en comparación con tener opciones financieras cuando ocurra un desastre”.
Otra opción para tener fondos es una tarjeta de crédito empresarial. Al igual que una tarjeta de crédito personal, una tarjeta de crédito empresarial puede permitirle maximizar su capital rápidamente, siempre que se mantenga dentro de los límites de crédito predefinidos.
Considerar un seguro empresarial también debe formar parte de su combinación de opciones. No solo para cubrir la pérdida de inventario o los daños al equipo y a la propiedad, sino también pólizas que cubran la totalidad de los daños en caso que ocurra algo inesperado. Hay disponible una amplia variedad de pólizas, que incluyen:
- Responsabilidad general. Para cubrir los daños a terceros provocados por sus operaciones. Algunas pólizas también cubren problemas como la violación de derechos de autor, los daños a la reputación o la responsabilidad por productos.
- Seguro de propiedad comercial. Para cubrir cualquier daño provocado a sus instalaciones o que ocurra en estas.
- Compensación de trabajadores. En el caso de lesiones o enfermedades que se produzcan en el trabajo.
- Vehículo comercial. En el caso de que un camión repartidor termine en la sala de estar de alguien.
- Responsabilidad profesional. Estas pólizas incluyen errores y omisiones, daños provocados por descuidos, tergiversaciones o incumplimiento de contrato, entre otras cosas.
- Seguro cibernético. A medida que los estafadores se vuelven más sofisticados, también sus defensas deben serlo. Los costos de responder a una filtración de datos se pueden acumular rápidamente.
- Interrupción comercial. Si un incendio o desastre natural paraliza su empresa, usted aún debe pagar la nómina, los impuestos y otros gastos. Estas pólizas pueden ayudarle a garantizar que tenga el flujo de caja necesario para seguir en funcionamiento mientras se recupera.
Y esas son solo algunas de las pólizas empresariales disponibles. Es importante reconocer que su empresa, sus clientes y sus riesgos son únicos. Teniendo esto en cuenta, debe asegurarse de que sus pólizas de seguro reflejen la situación real de la empresa y los peligros que usted enfrenta.
También debe contar con un buen asesoramiento de forma constante
Lo entendemos. Los empresarios son autosuficientes en mayor o menor medida. Sin embargo, esa actitud dinámica, en ocasiones, puede significar que se ignoren los aportes de los demás.
Una empresa sólida debe contar con un grupo de asesores experimentados, es decir, profesionales calificados que desean que usted tenga éxito. Esto puede incluir consultas periódicas con un contador y un abogado que se especialice en pequeñas empresas. Oh, y también su banquero empresarial.
“¿Quiénes son nuestros clientes más exitosos? Los que valoran tener un diálogo constante con nosotros”, menciona Peterson-Sheptak. “Considere que su contador, su abogado y su banco son un triángulo de confianza. Más que nada, una buena relación bancaria debe ser una asociación”.
Un aspecto de dicha asociación debe ser realizar una revisión periódica de la relación, por lo general una vez al año. Peterson-Sheptak sugiere que la presentación de sus declaraciones de impuestos anuales y estados financieros marca un buen momento para programar una cita.
“Ese de verdad es un momento oportuno para revisar el año laboral anterior y tener un resumen de su avance. Esto le da una opinión objetiva para ayudar a analizar el horizonte y tomar medidas prudentes o reforzar cualquier debilidad potencial en su empresa en general.
“Al mismo tiempo, la revisión de la relación le permite tener estados financieros ya archivados con su banquero. En caso de una emergencia, eso le permitirá estar un paso adelante, incluso cuando llegue el momento de entregar una solicitud de préstamo de forma apresurada”.
Prepárese para casi cualquier cosa
Nunca sabe lo que podría suceder. Sin embargo, si planifica para lo peor y está preparado con las herramientas financieras adecuadas, podrá resistir lo peor.
Para obtener más información sobre cómo PNC Bank puede ser su socio de crecimiento, comuníquese con nosotros hoy mismo. Después de todo, ser propietario de una pequeña empresa no significa que tenga que atravesar las épocas difíciles solo.