Cuando se trata de los desafíos económicos inminentes, la mayoría de los directores financieros de los hospitales o los gerentes de los consultorios son precavidos con respecto al futuro. La combinación de la inflación, el aumento de los salarios y los precios de los medicamentos es solo el principio de los males que afectan al sector. La escasez de personal y los pagadores más agresivos, como las aseguradoras de salud, Medicare y Medicaid también están ejerciendo una nueva presión en un sector que tiene dificultades para cumplir. Como resultado, se prevé que los costos de atención médica tengan un aumento del 7 % en 2024.[1]
¿Qué opciones tienen los proveedores de atención médica ante este pronóstico complicado? Para muchos, el plan de tratamiento es una combinación entre reducir los costos, aumentar los reembolsos y encontrar nuevas maneras para impulsar significativamente la productividad, incluso a medida que se esfuerzan por mejorar los resultados de los pacientes.
Una solución que está adquiriendo ímpetu proviene de los nuevos avances en la inteligencia artificial (IA), tanto en la aumentada como en la generativa. Si bien la inteligencia aumentada complementa a la inteligencia humana en determinados roles, la inteligencia artificial es una tecnología de autoaprendizaje que la sustituye en aplicaciones seleccionadas. Shana Peterson-Sheptak jefa de banca empresarial de PNC Bank, menciona que una serie de aplicaciones, tanto clínicas como administrativas, ya se están conectando a internet. Y muchas organizaciones están estudiando detenidamente la promesa de la nueva tecnología tanto para mejorar su panorama financiero como para aumentar la satisfacción del paciente.
“Cuando las personas hablan de la inteligencia aumentada y la IA en el entorno de atención médica, suelen centrarse en cómo esto puede mejorar las cosas desde el aspecto clínico. Esta nueva tecnología puede ayudar a reducir el error humano y apoyar la decisión de tratamiento mediante determinados esfuerzos, como el análisis de generación de imágenes de diagnóstico. Además, está evolucionando para mejorar la prestación de ciertos tipos de servicios de los pacientes las 24 horas del día, los 7 días de la semana, así como mejorar la eficiencia administrativa. Sin embargo, dependiendo de qué tan bien se aproveche, asegurando al mismo tiempo que la precisión del resultado esté a la altura de lo que promete la tecnología, podría afectar otras áreas de atención médica, dando lugar a beneficios profundos y transformadores”.
¿Le conviene a su organización?
Entonces, ¿cuáles son las maneras en las que esta nueva tecnología puede formar parte del futuro de la atención médica?
En términos generales, la IA y la inteligencia aumentada tienen el potencial de generar un impacto considerable en la productividad y los gastos del sector. Muchos participantes se podrían beneficiar, desde los enormes sistemas de atención médica hasta los consultorios privados, y todos los participantes intermedios. Brian Kelly, jefe de atención médica de PNC, ofrece su perspectiva.
“No existe una solución universal. En términos de beneficios específicos, en realidad depende del alcance de las operaciones del proveedor. Por ejemplo, un hospital puede obtener ahorros significativos al mejorar las operaciones clínicas, por ejemplo, al maximizar la programación de los horarios de las salas quirúrgicas, así como al garantizar la calidad y la seguridad”.
El efecto de esta nueva tecnología podría resultar ser extenso, transformando cada aspecto de la experiencia del cliente. Actualmente los chatbots en ocasiones actúan como primer contacto con el paciente al responder las preguntas más frecuentes. Además, se espera que los análisis de generación de imágenes médicas desarrolladas por IA sirvan como una poderosa ayuda para los radiólogos durante el diagnóstico.
También se prevé que esta nueva tecnología ayude con el desarrollo de planes de tratamiento[2] o maneje ciertos deberes no clínicos como la planificación de consultas y la elaboración de resúmenes de información de los pacientes, así como asegurar el contacto constante con los pacientes para la atención de seguimiento.[3]
Luego está el tan importante asunto del reembolso. La IA puede ayudar con la codificación precisa, la participación de los pagadores y la eliminación del fraude y el abuso. Como resultado, el potente software podría ofrecer numerosas vías para reducir los costos administrativos que actualmente representan el 25 % de todos los gastos de atención médica.[4]
Por ejemplo, PNC ha desarrollado su propio software denominado PNC Claim Predictor. PNC Claim Predictor utiliza la IA y el aprendizaje automático para identificar reclamaciones de seguro inexactas o con insuficiente información antes de su presentación para el pago. A su vez, eso genera el potencial para realizar mejoras significativas al flujo de caja al reducir los rechazos de las reclamaciones y optimizar los ciclos de pago.
Suena genial. Pero, ¿cómo se puede financiar?
Sin importar el tamaño de la organización, la cuestión fundamental es el pago de la implementación. Considerando los altos costos iniciales, ¿cuál es el retorno de inversión esperado? ¿Qué tan pronto puede esta tecnología de rápido desarrollo generar resultados para el balance general? Al no contar con respuestas contundentes y rápidas, la inteligencia financiera se vuelve tan esencial como la experiencia técnica.
“Trabajamos con una serie de proveedores de atención médica debido a la experiencia específica que tenemos en el sector”, continúa Peterson-Sheptak. “Por ejemplo, tenemos asesores que están certificados en la administración de consultorios, lo que nos brinda un conocimiento de trabajo que se extiende mucho más allá de lo teórico”.
Kelly concuerda. “Como resultado, cuando un cliente recurre a nosotros para obtener financiamiento para esta inversión altamente especializada, lo consideramos una colaboración. Juntos analizamos el panorama financiero general de la organización, cualquier ganancia de productividad esperada de la implementación y determinamos la probabilidad que dichas inversiones reditúen tanto a corto como a largo plazo. También nos esforzamos por asegurar una estrategia bien definida para hacer que la implementación sea tan eficiente como sea posible, reduciendo los costos”.
Y desde luego, cómo pagar por la IA y la inteligencia aumentada se vuelve la principal pregunta. Si dichos avances son lógicos para su consultorio, ¿cuáles son las herramientas financieras que entran en juego? Peterson-Sheptak señala lo importante se vuelve el hecho de tener la gama más completa de opciones financieras de un prestamista que conozca por completo el sector.
“Hace más de treinta años, PNC se dio cuenta de la necesidad de contar con una operación dedicada de finanzas de atención médica tanto para las organizaciones sin fines de lucro como para los proveedores con fines de lucro. Con el tiempo, hemos llegado a atender a todos los sectores de la industria tanto con soluciones integradas como con servicios estratégicos. Debido a que comprendemos el complejo ámbito de los requerimientos de capital en la atención médica, hemos desarrollado una gama completa de soluciones al maximizar el capital de trabajo. Dichas soluciones varían de la administración de tesorería al mejoramiento de los ciclos de ingresos”.
¿Hay efectos secundarios?
¿Cuál es la buena noticia? El efecto potencial es el mejoramiento de los ahorros y la productividad con el tiempo. Aún así, dependiendo del alcance de la inversión, la implementación de la IA y la inteligencia aumentada no es un asunto simple. Un paso mal pensado podría generar dolores de cabeza o estrés para su organización y su personal.
“Con frecuencia se observa un sólido argumento empresarial para nuestros clientes de atención médica en lo que respecta este tipo de inversión”, menciona Kelly. “Al mismo tiempo, nuestra vasta experiencia en administración de atención médica nos informa que resultará un esfuerzo constante y sostenido. Eso requiere tanto capital como el compromiso del liderazgo de toda la organización”.
¿Cuáles son las características distintivas de una implementación exitosa? Nuevo hardware y software para apoyar los sistemas actualizados, así como plataformas de almacenamiento e infraestructura de redes. Medidas de seguridad reforzadas para garantizar la seguridad de los datos confidenciales de los pacientes y el cumplimiento de la ley HIPAA. Integración fluida con los actuales sistemas de registros de salud. Desarrollo y personalización para adaptarse a las necesidades particulares del proveedor de atención médica. Recopilación de datos constante para que un sistema pueda aprender continuamente y hacer predicciones precisas. Y por último, el mantenimiento y las actualizaciones constantes que exige cada sistema sofisticado.
En otras palabras, se deben conjugar muchos elementos para que esta nueva tecnología esté a la altura de las expectativas. Eso requiere una amplia gama de expertos, lo que incluye abogados del área de atención médica, profesionales de automatización de atención médica y una serie de expertos adicionales para que el proceso siga avanzando de forma fluida.
“Obviamente un sistema de salud grande realizará una inversión más considerable en IA y en inteligencia aumentada que, por ejemplo, un consultorio privado”, continúa Kelly. “Sin embargo, sin importar cuan ambiciosos sean sus esfuerzos, requiere comprender por completo cómo se aplicará a cualquier organización, y después comenzar con un meticuloso esfuerzo de planificación. Aunque la mayoría de las organizaciones de atención médica se centran debidamente en los beneficios clínicos, una parte importante del proceso de toma de decisiones se debe dedicar a determinar lo que es lógico en términos financieros y si la inversión genera un retorno adecuado”.
¿Qué se necesita para garantizar un proceso fluido? La clave es contar con una amplia variedad de expertos. Como Peterson-Sheptak lo dijo, “no debe recurrir únicamente a un proveedor u organización para obtener la solución. Como lo logrará es sumamente importante para el resultado final”. Y no se tome a la ligera la necesidad de la administración del riesgo. Aunque la IA no es necesariamente algo nuevo, se trata de una tecnología que está evolucionando y puede introducir riesgos si se incorpora sin haber implementado los controles adecuados para regular los datos de forma responsable.
La única constante es el cambio, y el mundo de la atención médica no es la excepción. Para garantizar la mejor atención del paciente en general, se vuelve crucial aprovechar plenamente las oportunidades proporcionadas por la tecnología. Con la estrategia correcta, el compromiso correcto y el conjunto de herramientas financieras correcto, la inteligencia artificial puede resultar ser el catalizador que ayude a su organización de atención médica a disfrutar de una vitalidad y salud fiscal renovadas.[5]