Lea un resumen de los derechos de privacidad para residentes de California, que describe los tipos de información que recopilamos, y cómo y por qué usamos dicha información.
Banca comunitaria
El legado de la banca comunitaria
A lo largo de la historia de nuestro país, los bancos han cambiado sus servicios y han ofrecido nuevas tecnologías para responder a las necesidades de sus clientes. Sin embargo, lo que no ha cambiado es el papel fundamental que los bancos juegan en la vida de las personas a las que atienden, así como la importancia de la confianza entre el banco, el cliente y la comunidad.
Antes de 1860
Aunque algunos bancos se habían establecido en importantes ciudades estadounidenses como Filadelfia a finales del siglo XVIII, los bancos se hicieron más comunes a medida que las poblaciones se trasladaron hacia el oeste. Después de que la compañía ferroviaria Baltimore and Ohio Railroad comenzara a ofrecer servicio a pasajeros a finales de la década de 1820, era común ver bancos en los pueblos que contaban con estaciones de ferrocarril.
Los servicios bancarios de aquel entonces incluían el intercambio de la moneda local por billetes que serían aceptados en otras regiones, así como el pesaje de monedas para determinar si estas habían sido elaboradas con otros metales que no fueran oro o plata.
Los residentes de los localidades pequeñas, en pleno crecimiento, podían abrir una cuenta de ahorros con depósitos iniciales tan pequeños como cincuenta centavos, y los bancos trabajaban para motivar que las personas ahorraran.
Para certificar documentos importantes, los bancos desarrollaron sus propios sellos especiales que se plasmaban al marcar una prensa grabada sobre cera caliente.
Guerra civil y Después de la guerra civil
Los bancos de esta era comenzaron a utilizar billetes de papel en lugar de monedas y pepitas de oro, aunque debían operar con cautela: sus billetes solo tenían el valor del oro que los respaldaba. Los cajeros tenían la importante labor de asegurar la autenticidad de los billetes que eran presentados para su depósito y que se utilizaban para realizar pagos.
Durante la Guerra Civil, el Congreso aprobó la Ley de Banca Nacional en un afán por estabilizar la moneda en los estados del norte. Los bancos solicitaron actas constitutivas que les permitieran convertirse en bancos nacionales para poder recibir depósitos de bonos estadounidenses y expedir moneda de curso legal. Este método de intercambio mejorado significó que las transacciones de estado a estado eran más fáciles de manejar.
En los bastiones unionistas como Frederick, los bancos brindaban estabilidad. En las ciudades del sur, la mayoría de los bancos colapsaron debido a las condiciones inestables. Los Estados Confederados de América imprimían su propio dinero y, debido al incremento en los costos de la guerra, imprimieron tanto dinero que finalmente no tuvo valor alguno. La llamada a las armas alejó a muchos funcionarios de los bancos de sus hogares, así que los bancos se administraron desde lejos.
La introducción de los cheques requirió un sistema de cancelación de cheques, mediante el cual los bancos imprimían un número en los cheques para que estos no se pudieran volver a utilizar. Otros esfuerzos por parte de los bancos para brindar seguridad en aquella época fue construir cajas fuertes y ofrecer cajas de seguridad a sus clientes.
Aunque los bancos de antaño habían ofrecido servicios limitados, los bancos de la época posterior a la Guerra Civil se percataron de la necesidad de consolidar una variedad de servicios de banca en una sola ubicación. Los financistas de Baltimore constituyeron el Mercantile Trust & Deposit en 1884, que representó las primeras “tiendas departamentales financieras”, ya que ofrecía cuentas de ahorros, cajas de seguridad, servicios de fideicomiso y mucho más.
Principios del siglo XX
La Reserva Federal se constituyó en 1913 a fin de estabilizar aún más el sistema monetario de la nación. Las máquinas contabilizadoras pronto reemplazaron a los libros contables escritos a mano como una manera de generar registros más viables de los depósitos y otras transacciones.
Durante la Primera Guerra Mundial, el gobierno federal creó bonos de ahorro para recaudar fondos para el esfuerzo de la guerra y los bancos administraron el programa. Los bonos se podían comprar por montos pequeños y los bancos dieron la bienvenida a las personas con ingresos moderados, quienes se convirtieron en inversionistas por primera vez.
Los agricultores normalmente pedían a sus comerciantes que manejaran los asuntos financieros básicos, o viajaban largas distancias para llegar a los bancos urbanos. A principios del siglo XX, los ciudadanos destacados de las zonas rurales comenzaron a establecer bancos para atender las necesidades particulares de sus comunidades agrícolas. Por ejemplo, algunos aceptaban un contrato de ganado como garantía, una práctica que la mayoría de los bancos urbanos considerarían demasiado arriesgada.
Después que varios bancos quebraran durante la Gran Depresión, las reformas del New Deal del Presidente Franklin Roosevelt incluyeron la creación de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC). La FDIC garantizaba la seguridad de los depósitos y elevó la confianza del público en el sistema bancario.
La Segunda Guerra Mundial
Tal como lo habían hecho durante la Primera Guerra Mundial, los bancos administraron un programa de bonos de ahorro durante la Segunda Guerra Mundial. Además asumieron la responsabilidad adicional de mantener cuentas de racionamiento para sus clientes, quienes recibían cupones que limitaban eficazmente la cantidad de azúcar, gasolina, mantequilla y café para ayudar en el esfuerzo de guerra.
La riqueza que hubo después de la Segunda Guerra Mundial tuvo un enorme impacto en la banca. El auge del estilo de vida suburbano significó que los bancos necesitaban construir sucursales para atender mejor a sus clientes, y además agregaron ciertas ventajas, como la ventanilla para el servicio de autobanco y los depósitos nocturnos.
La demanda de hipotecas y otros préstamos se disparó, en particular entre los soldados que regresaban, y los bancos comenzaron a ofrecer préstamos a plazos.
La era informática
El público, que ya no era escéptico respecto a los bancos, exigió una amplia variedad de servicios nuevos. La automatización computarizada de las tareas de rutina transformó la cultura de la banca.
Para brindar una mejor protección a sus clientes, los bancos instalaron cámaras en la década de 1970 y comenzaron a fotografiar los registros de los depositantes en la década de 1980 y guardaron dichos registros en microfilm o en microficha.
Los cajeros automáticos (ATM) aparecieron por primera vez a finales de la década de 1970, revolucionando así la manera en que los clientes interactúan con sus bancos.
Durante las décadas de 1980 y 1990, el congreso comenzó a liberalizar la industria de los servicios financieros, lo cual permitió establecer redes bancarias nacionales. La revolución de las telecomunicaciones y el crecimiento de Internet hizo posible que los bancos se expandieran aún más y mejoraran los servicios proporcionados a los clientes, tanto a nivel nacional como internacional.