La planificación patrimonial implica decisiones importantes para proteger los recursos familiares y lograr metas financieras a largo plazo. Cuando se involucran activos de alto valor, dichas decisiones se vuelven incluso más importantes. Establecer un fideicomiso puede brindar tranquilidad y una dirección clara para sus herederos.

“Pocas decisiones son tan importantes como la forma de proteger y crear un legado financiero para su familia”, dijo Anna Vitelli, responsable de PNC Private Bank Hawthorn. “Utilizar un fideicomiso para gestionar los activos familiares puede asegurar que usted pueda lograr sus metas financieras para su familia”.

¿Qué es un fideicomiso?

Un fideicomiso es una forma propiedad que separa la propiedad con usufructo de los activos de la propiedad legal. Para establecer un fideicomiso, el propietario (otorgante) transfiere la titularidad de los activos a un fideicomiso para que sea administrado por un fideicomisario, quien utiliza los activos del fideicomiso para los beneficiarios del fideicomiso (abierto para los herederos del otorgante). Los fideicomisos se pueden utilizar para brindar apoyo financiero para los familiares, proteger los activos familiares de diversos riesgos y generar eficiencias fiscales.

Hay dos tipos de fideicomisos: revocables e irrevocables. Un fideicomiso revocable brinda flexibilidad al otorgante para que se beneficie del fideicomiso y modifique sus términos durante su vida. Debido a que el fideicomiso es revocable, el otorgante puede eliminar activos del fideicomiso. Los términos del fideicomiso indicarán lo que el fideicomisario puede o debe hacer con los activos y cómo estos se deben manejar tras el fallecimiento del otorgante.

Los beneficios de usar un fideicomiso revocable incluyen:

  • Gestión de activos: los otorgantes pueden usar un fideicomiso revocable para separar los activos, lo que permite que sean gestionados y distribuidos de forma separada de otros activos.
  • Protección contra incapacidad: con los términos adecuados, un fideicomiso revocable permite que el fideicomisario (o un fideicomisario sucesor, si el otorgante es el fideicomisario original) continúe gestionando los activos del fideicomiso en el caso de que el otorgante esté incapacitado.
  • Beneficios de validación testamentaria: debido a que los activos de un fideicomiso revocable ya no son propiedad del otorgante, no es necesario que se sometan al proceso de validación testamentaria tras el fallecimiento del otorgante.
  • Privacidad: los testamentos que pasan por un proceso de validación testamentaria por lo general se convierten en registros públicos, pero en la mayoría de las jurisdicciones ese no es el caso de un fideicomiso revocable.
  • Disposición de bienes sucesorios: un fideicomiso revocable puede funcionar como instrumento principal para distribuir los activos del otorgante a sus herederos tras el fallecimiento.

“Los fideicomisos revocables son atractivos porque por lo general son flexibles y pueden cambiar o disolverse para ajustarse a las necesidades cambiantes tanto de los otorgantes como de los beneficiarios”, dijo Vitelli. “Puede ser una manera más privada y rentable de asegurar que sus bienes sucesorios sean transferidos a sus herederos exactamente de la manera que usted desea que se haga”.

El segundo tipo de fideicomiso es el fideicomiso irrevocable, el cual, como su nombre lo indica, no se puede modificar después de su creación. No obstante, muchos estados de hecho tienen leyes que permiten que un fideicomiso irrevocable sea modificado mediante un procedimiento judicial o un acuerdo extrajudicial entre las partes que conforman el fideicomiso.

Los fideicomisos irrevocables por lo general tienen la finalidad de ser instrumentos de más largo plazo y pueden seguir vigentes durante décadas, o en algunos casos a perpetuidad. Esto requiere una planificación extensa y, a menudo, el uso de un abogado especialista para que elabore el instrumento. Hay muchos tipos diferentes de fideicomisos irrevocables. Estos incluyen los fideicomisos para poseer seguros de vida, los fideicomisos para gestionar y proteger los bienes para muchas generaciones, los fideicomisos para reducir los impuestos de los bienes sucesorios y los impuestos sobre las donaciones, y los fideicomisos para ayudar con la transferencia de empresas.

Los fideicomisos irrevocables pueden ser particularmente atractivos para bienes sucesorios de mayor valor. A diferencia de los fideicomisos revocables en los que el otorgante mantiene el control de los activos del fideicomiso, los activos asignados a un fideicomiso irrevocable ya no son propiedad del otorgante, y (a menos que se apliquen ciertas excepciones), no forman parte de los bienes sucesorios gravables del otorgante (y están sujetos al impuesto de sucesión). Es importante consultar con asesores legales y fiscales en cuanto a las consecuencias fiscales de asignar activos a un fideicomiso irrevocable y distribuirlos desde dicho fideicomiso.

Cómo establecer un fideicomiso

Un fideicomiso implica decisiones complejas sobre los activos, los beneficiarios y los fideicomisarios. Usted deberá evaluar qué activos se deben transferir al fideicomiso, cómo desea que se distribuyan y las consecuencias fiscales de tales decisiones. Debido a que usted necesitará orientación legal, fiscal y financiera, es importante que recuerde que establecer un fideicomiso puede ser un ejercicio que consuma mucho tiempo y puede incluir el pago de honorarios legales y contables. Su equipo de PNC Private Bank puede ayudarle a determinar si un fideicomiso puede ser la opción adecuada para usted.