Cada familia es diferente y puede ser complicada a su propia manera. La mezcla de dos familias puede aumentar la complejidad de las relaciones. Por supuesto, las relaciones dentro de cada familia son únicas y cada familia establecerá su propia forma de comunicarse y las reglas de sus relaciones. Cuando dos familias se unen, cada uno de los miembros de la familia resolverá cómo interactuar con los demás miembros. Esto implica tiempo y esfuerzo. En caso de ser necesario, la familia debe buscar ayuda profesional para ayudar a resolver cualquier problema.
Antes de comenzar, conozca las reglas
Cada relación tiene reglas. Las reglas pueden ser formales, informales o meras costumbres. En los Estados Unidos, las normas relativas a las relaciones familiares, entre personas y con la propiedad se rigen generalmente por las leyes de los 50 estados y el Distrito de Columbia. Como la legislación de cada estado es diferente, no es posible analizarlas todas aquí. Sin embargo, antes de formalizar un nuevo acuerdo familiar (o de otro tipo), debe consultar con un abogado en el estado en el cual usted y su familia pretenden vivir para saber cómo se aplicarán a su familia las leyes de dicho estado.
Cambio de las reglas preestablecidas: reglas para su relación
Muchas de las reglas preestablecidas referentes a las relaciones se pueden modificar mediante un acuerdo. Estos acuerdos son contratos vinculantes y se deben tratar como cualquier otra transacción legal importante. Cada una de las personas que formalice el acuerdo debe contar con la representación de un abogado por separado que tenga experiencia en la ley de relaciones domésticas.
Dependiendo de la legislación estatal, las normas que pueden modificarse mediante acuerdo incluyen la manutención cuando finaliza una relación, la división de bienes cuando finaliza una relación y la división de bienes tras el fallecimiento.
Durante su relación
Apoyo
Los cónyuges pueden acordar cómo gestionarán sus finanzas y qué cónyuge pagará qué gastos domésticos. Aunque tales acuerdos normalmente son informales, se pueden formalizar en un acuerdo prenupcial o posnupcial.
Por lo general, mientras están casados, los cónyuges deben mantenerse económicamente el uno al otro y a su familia cubriendo las necesidades de la vida.
Tradicionalmente, las personas que cohabitaban sin estar casadas no formaban parte de una relación legal reconocida y legalmente se les consideraba extraños. Algunos estados otorgan derechos de propiedad mediante contrato a las personas que cohabitan sin estar casadas. No obstante, debido a que es difícil comprobar los términos de los contratos implícitos ante un tribunal, las personas que cohabitan sin estar casadas deben definir su acuerdo en un contrato por escrito. Algunos estados requieren que dichos contratos consten por escrito para que se puedan hacer cumplir.
Los padres deben proveer la manutención de sus hijos menores de edad. Muchos estados requieren que un padrastro o madrastra mantenga a sus hijastros menores de edad, aunque los hijastros no hayan sido adoptados por el padrastro o madrastra, si los hijastros tienen necesidades básicas o requieren asistencia pública.
Considere lo siguiente con respecto a los acuerdos financieros de la familia antes de establecer una nueva relación:
- Converse sobre sus ideas sobre el dinero y su administración. Cada uno debe comprender la postura del otro y deben determinar de antemano cómo se resolverán los desacuerdos. Elabore un acuerdo por escrito referente a la administración del dinero (y modifíquelo según sea necesario).
- Determine cómo se administrarán los bienes y las deudas que cada una de las partes traiga a la relación (o adquiridas durante la relación).
- Determine el grado de responsabilidad financiera que cada uno tendrá con respecto a los hijos del otro (los hijos que sean de ambos deben ser mantenidos por ambos).
- Determine cómo se pagarán los gastos del hogar.
- Comprenda las consecuencias fiscales de las transacciones financieras que se realicen entre cónyuges o personas que cohabitan.
- Ponga su acuerdo por escrito. Algunos estados solo harán cumplir los acuerdos que consten por escrito. Consulte con su abogado de relaciones domésticas en su estado natal para comprender cómo se aplicará la ley a su acuerdo.
Propiedad
Hablando en términos generales, durante su relación, sus derechos de propiedad dependerán de si vive en un estado que se rige por bienes separados o en un estado que se rige por bienes mancomunados y de si están casados o no.
Si vive en un estado que se rige por bienes separados, por lo general, sus derechos con respecto a los bienes dependen de quién posee dichos bienes (es decir, quién es el dueño de estos). Por supuesto, puede otorgar a su cónyuge o pareja derechos de propiedad sobre bienes en los que usted mantenga un interés, por ejemplo, mediante la creación de tenencias en común, tenencias conjuntas con derecho de supervivencia y, solo para personas casadas (aunque no está permitido en todos los estados), tenencias en propiedad. Consulte a un abogado para que le explique los distintos atributos de estas formas de propiedad.
Si vive en un estado que se rige por bienes mancomunados y está casado, es posible que tenga derechos sobre los bienes adquiridos durante el matrimonio sin importar cuál de los cónyuges sea propietario de los bienes. Nueve estados se rigen por los bienes comunitarios: Arizona, California, Idaho, Luisiana, Nevada, Nuevo México, Texas, Washington y Wisconsin. Otros estados le permiten elegir si se aplica la ley de bienes mancomunados a los activos que cumplen ciertos requerimientos. La ley de bienes mancomunados de cada estado es diferente y tiene matices. Si vive en un estado que se rige por bienes comunitarios, consulte con un abogado que tenga experiencia en la ley de relaciones domésticas para comprender las leyes de su estado.
Si no está casado pero cohabita con otra persona, sus derechos con respecto a los bienes de la persona con la que cohabita pueden estar limitados. Algunos estados otorgan derechos de propiedad mediante contrato a las personas que cohabitan sin estar casadas.
No obstante, debido a que es difícil comprobar los términos de los contratos implícitos ante un tribunal, las personas que cohabitan sin estar casadas deben definir su acuerdo con respecto a los bienes en un contrato por escrito.
Algunos estados requieren que dichos contratos consten por escrito para que se puedan hacer cumplir.
Considere lo siguiente con respecto a la propiedad y administración de los bienes:
- Declare sus intenciones y defina sus derechos en un contrato por escrito.
- Para los bienes de los cuales solo usted es el propietario, debe tener un plan en caso de que en algún momento sea incapaz de administrar dichos bienes. Considere crear un poder notarial duradero.
- Si planea convivir sin estar casado, establezca normas de convivencia. Dichas reglas se deben documentar en un acuerdo de cohabitación por escrito.
- Es posible que la creación de una co-tenencia sea tratada como una donación para el nuevo propietario. Si el donante y el beneficiario no están casados, la donación podría estar sujeta al impuesto sobre donaciones (o si la transferencia se considera una venta, al impuesto sobre la renta).
- Conozca los distintos tipos de copropiedad y los derechos que cada uno confiere.
Otros asuntos
Toma de decisiones de atención médica: Los estados han promulgado leyes que le permiten elaborar un documento en el cual puede designar a uno o varios agentes para que se comuniquen con sus proveedores de atención médica. Debe sopesar detenidamente a quién designará como agente en su documento de atención médica. Por ejemplo, su cónyuge o la persona con la que cohabita tal vez no esté de acuerdo con sus hijos con respecto a la atención que usted recibirá. Elija un agente que respete sus deseos y asegúrese de tener un agente alternativo en caso de que la persona que haya designado como agente primario no pueda desempeñarse como tal.
Voluntades anticipadas: Los estados han promulgado leyes que le permiten elaborar un documento en el cual puede establecer sus decisiones referentes a sus voluntades anticipadas y puede designar a uno o varios agentes para que comuniquen dichas decisiones a sus proveedores de atención médica y otras personas (lo que se conoce normalmente como documento de voluntades anticipadas). Sin un documento de voluntades anticipadas, las personas que no sean sus familiares, por ejemplo, una persona con quien cohabite sin estar casados, podría ser excluida de la toma de decisiones, lo que posiblemente excluiría del proceso a la persona que quizás sea quien mejor comprende sus deseos.
Además, sin una declaración clara de sus intenciones, es posible que su familia se vea dividida en torno a las decisiones relativas a sus cuidados, provocando una ruptura irreparable en torno a lo que inevitablemente es una decisión muy difícil y a menudo desgarradora.
Defina las reglas: Toda relación tiene reglas. Considere definir las reglas de su relación. Al establecer las reglas, considere involucrar a los hijos que tengan la suficiente madurez para participar en la conversación. Desde luego, no es necesario que todas las reglas se discutan con los hijos (por ejemplo, los derechos de propiedad y la manutención). No obstante, considere dictar reglas operativas claras para la familia, por ejemplo, “un padrastro/madrastra es lo mismo que un padre/madre”, o la responsabilidad referente a los quehaceres. Cada relación es diferente, por lo que las reglas de cada familia serán diferentes. Anote las reglas en una “constitución familiar”. Tal vez deba disponer que los hijos que tengan la madurez suficiente indiquen su consentimiento mediante su firma en el documento.
Busca ayuda
Las relaciones familiares son complicadas. Esto es particularmente cierto cuando dos familias diferentes se mezclan y hay hijos de relaciones previas al igual que hijos de su relación actual. Un abogado que tenga experiencia en la ley de relaciones domésticas puede ayudarle a conocer sus derechos y responsabilidades y lo que puede o no modificarse mediante un acuerdo.
Para obtener más información, por favor, comunícate con tu asesor de PNC Private Bank.