Tu cuñado te ha pedido que apoyes su nuevo negocio. Tu hija necesita ayuda para pagar las facturas durante su divorcio. El deseo de brindar apoyo financiero en estas situaciones puede ser fuerte, como también lo es tu preocupación de defraudar tus finanzas a largo plazo. ¿Cómo puedes ser justa con todos, incluyéndote a ti misma?
El truco tiene que ver con saber cuándo y de qué manera brindar una mano amiga a tu familia. La respuesta no siempre tiene que ser “No”. Sin embargo, decir “Sí” tampoco significa necesariamente girar un cheque.
A continuación se presentan tres pasos a seguir para las familias mientras buscan la solución correcta para todos:
1. Separa los aspectos emocionales de los financieros
Brindar ayuda financiera a los familiares puede ser difícil porque tu decisión implica un aspecto emocional, así como un componente financiero.
El primer paso para abordar las solicitudes de dinero por parte de la familia es eliminar los elementos emocionales y emplear la lógica. Es neutral y muy claro.
Lo que se te ha pedido hacer puede afectar tus finanzas desde tres puntos de vista:
- Flujo de caja: Determina si dar el monto que te pidieron podría limitar tu capacidad para alcanzar tus demás metas financieras o disminuir tus ingresos.
- Impuestos: ¿El donar dinero en efectivo podría reducir parte de la exención fiscal de tu vida? Si necesitaras vender activos para obtener el dinero en efectivo líquido necesario, ¿te generaría impuestos sobre ganancias de capital?
- Legados: Ten cuidado de cómo una donación inmediata a un familiar podría afectar tus legados en el futuro. ¿Podría generar discordia entre tus herederos? ¿El conceder la solicitud de este familiar para obtener una suma inmediata significaría que dicho heredero recibirá más que los otros?
Determinar exactamente la forma en que abrir tu billetera podría afectar el resto de tu vida financiera puede desatar una discusión sobre las alternativas.
2. Explora las posibilidades
En ocasiones está bien simplemente dar dinero en efectivo. Sin embargo, puede haber otras opciones que se ajusten mejor, como un préstamo intrafamiliar. Por ejemplo, uno de los tres hijos adultos de una madre solicita una donación de $200,000. Los análisis indican que otorgar dicho monto generaría un problema de impuesto sobre donaciones y una situación de inequidad entre los hermanos, y además impediría que la madre permanezca en su propia casa hasta el final de su vida, lo cual es una meta importante para ella. Ella toma la decisión de establecer un préstamo intrafamiliar, el cual:
- evitará problemas para la madre con respecto al impuesto sobre donaciones,
- proporcionará una tasa de interés de préstamo para el hijo equivalente a aproximadamente un tercio de las tasas de interés de préstamo tradicionales,
- mantendrá las distribuciones totales equivalentes entre los hijos,
- apoyará la meta personal de la madre.
En otros casos, establecer un fideicomiso o un programa de donación regular podría adaptarse mejor a tu necesidad de transferir patrimonio a un miembro de la familia que lo necesite. Otro enfoque puede ser pagar algunos de los gastos directamente, como la colegiatura o las facturas médicas, siempre y cuando cumplas con las reglas del IRS para que no incurras accidentalmente en impuestos sobre donaciones.
3. Conversen al respecto
Hablar de dinero con la familia puede ser incómodo, incluso cuando dices que sí.
Dichas conversaciones son íntimas, difíciles, gratificantes y satisfactorias. Es una oportunidad para la generación a cargo, en este caso tú, para hablar con tus hijos sobre el dinero y sobre los valores con los que guías tus decisiones.
Si la solicitud de capital tiene que ver con financiar un negocio, debes obtener más información antes de poder decidir cómo estructurar tu participación. Pedir detalles, por ejemplo, como un plan de negocio y preguntar si te convertirías en inversionista o socio, es lo que harías con cualquier otra inversión. Debes ejercer el mismo rigor cuando la familia está involucrada. Considéralo como una oportunidad para fomentar el emprendimiento inteligente en lugar de hacer que alguien entre a un negocio que no está listo para administrar debidamente.
Cómo negar una solicitud a un hijo
Decir “no” a un hijo puede ser mucho más difícil debido a los elementos emocionales implicados. Es posible que los padres teman dañar la relación con un hijo por cuestiones de dinero. Sin embargo, es posible que causen un daño mayor al dar dinero sin restricciones a un hijo que no está preparado para ello. Dar demasiado en forma muy anticipada a menudo quita a la siguiente generación el incentivo de hacerse responsables de sus propias vidas.
La mayoría de las veces, un hijo adulto que recibe un no como respuesta mantiene el vínculo familiar. Luego, seguirá en la misma situación, o bien, arreglará sus problemas financieros por cuenta propia, especialmente si los padres se han tomado el tiempo de explicar su decisión.
La dirección familiar puede servir de guía
Algunas personas adineradas recurren a los sistemas de dirección familiar que brindan a las futuras generaciones una clara hoja de ruta a seguir en lo que respecta a la toma de decisiones relacionadas con el patrimonio y el legado. Aunque no hay una sola manera de manejar las solicitudes familiares de financiamiento, un sistema sólido de gobierno familiar puede ayudar a eliminar algunas de las conjeturas del proceso, lo que conduce a menos conflictos y a la posibilidad de conservar el patrimonio y los valores de la familia a largo plazo.
Para obtener más información, por favor, consulta con tu asesor de PNC o comunícate con PNC Private Bank.