El servicio que Ryan Bartlett prestó a la Armada de los Estados Unidos lo llevó a muchos lugares del mundo, incluido un periodo en la costa de África oriental durante un incremento de ataques de parte de piratas somalís a mediados de la década de los 2000.
Al haber comenzado como especialista de comunicación interna, Bartlett con el tiempo se convirtió en miembro de lo que se denomina “equipo de reconocimiento a bordo” en Somalia. A él y a su grupo se les encomendó la tarea de abordar los barcos que fueron vulnerados por piratas y lograr una resolución en situaciones de peligro.
Entre otras cosas, el servicio de Bartlett le enseñó la importancia del valor y la perseverancia, dos características que le ayudaron a empezar su propia empresa, Bartlett Blinds and Shutters, unos años después de haber concluido su servicio. La compañía con sede en Collegeville, Pensilvania, ofrece acondicionamientos personalizados de ventanas para viviendas privadas y empresas de la zona local.
Bajo el liderazgo de Bartlett, la compañía ya ha tenido un enorme crecimiento. Con la esperanza de que su historia personal pueda inspirar a otros veteranos que estén interesados en abrir pequeñas empresas propias, Bartlett comparte sus mejores consejos, habla sobre los desafíos que tuvo que superar y de cómo el compromiso firme que PNC tiene con las empresas propiedad de veteranos le ha ayudado a lo largo de su trayecto.
¿Qué te motivó a abrir la empresa Bartlett Blinds and Shutters?
Cuando regresé del despliegue militar, al igual que la mayoría de los veteranos, me encontraba buscando empleo. Empecé en el departamento de motorización de una compañía de acondicionamiento de ventanas. La motorización básicamente permite a los clientes controlar las persianas o las contraventanas por control remoto. Si trabajas en ese departamento, tienes que saber todo sobre el acondicionamiento de ventanas para que los motores funcionen y marchen correctamente. Allí obtuve una buena base de conocimiento.
Después de algunos años, me mudé a Collegeville y empecé una carrera como representante de ventas para la misma compañía. Pasé los siguientes cuatro años capacitando personal sobre cómo vender productos y les daba información sobre cualquier producto nuevo que se lanzara. Sabía que esto era algo que quería hacer a largo plazo. Fue entonces que empecé mi propia empresa.
¿Qué lección aprendiste durante el tiempo que pasaste en el ejército que utilizas continuamente como propietario de empresa?
La atención al detalle. Además, en el ejército tienes que ser generalista, es decir, tienes que saber un poco de todo. Nuestra compañía opera de forma similar. El aspecto importante que nos distingue es que hacemos nuestro mejor esfuerzo para que el vendedor también sea instalador. Eso significa que la persona conozca los pormenores del acondicionamiento de ventanas. Muchas de las veces, observamos que un competidor envía un vendedor a presentar las muestras al cliente, pero ese empleado no considerará otros detalles, como la manera correcta de instalarlo. Con nuestra compañía, tienes la oportunidad de trabajar con la misma persona durante todo el proceso. No vamos a enviar a una persona a vender un acondicionamiento de ventana para luego enviar a una persona diferente a instalarlo. El cliente tiene la oportunidad de trabajar con nosotros, conocernos y nosotros tenemos la oportunidad de conocerlo y saber sus necesidades particulares.
¿Qué consejo le darías a los veteranos que pretenden abrir su propia empresa?
Ten confianza en ti mismo para arreglártelas y hacerlo. No tienes que ingresar a una industria en la que necesites mucho capital para empezar. Eso es particularmente cierto en mi caso al trabajar en la industria de mejora de viviendas. Todo lo que se necesita es una licencia, un vehículo y un poco de conocimiento técnico. No es tan aterrador como parece.
¿Cuáles son los retos que tuviste que superar mientras intentabas hacer crecer tu empresa?
Incluso antes de la pandemia, era difícil conseguir el personal adecuado. Luego cuando azotó la pandemia, fue incluso más difícil encontrar empleados calificados o personal que estuviera dispuesto a salir a las calles para atender a los clientes, presentar nuestros productos e instalar los acondicionamientos de las ventanas. La cadena de suministro también presentó problemas. Hubo muchos altibajos y ocasiones en las que teníamos que esperar más de lo normal para recibir nuestros productos.
¿Qué consejo podrías darle a alguien que atraviesa las mismas dificultades?
Definir la expectativa por anticipado con tus clientes. No prometas cosas de más. Si algo está empezando a desacelerarse, debes avisar a las personas que tomará un poco más tiempo de lo normal. La comunicación es el aspecto más importante en esta industria. Tienes que avisar a tus clientes que te estás tomando el tiempo para entregar el producto que quieren de la manera correcta.
Tu compañía debe llevar el piso de venta a la empresa o la casa de tus clientes. ¿Eso es algo que querías hacer desde el principio, es decir, competir con minoristas en línea?
Absolutamente. En mi opinión, los pisos de venta no dan una gran ventaja. Las decisiones más importantes que nuestros clientes toman implican las telas y los colores del acondicionamiento de sus ventanas. En la sala de exposición, cierto color quizás no luzca igual que en la vivienda de un cliente. La pandemia me confirmó que este enfoque es la manera de proceder. Así, los gastos administrativos se mantienen bajos. Eso significa que puedes mantener precios bajos para el cliente.
¿Cómo es que PNC ha ayudado a tu empresa a crecer?
El establecimiento de cuentas y de otros productos para mi empresa fue verdaderamente fluido. Además, estos acondicionamientos personalizados de ventanas son costosos. En una ocasión empecé a verme obligado a liquidar mi tarjeta de crédito cada dos semanas tan solo para mantener el saldo bajo, luego recurrí nuevamente a PNC. Fue muy fácil trabajar con ellos para obtener los préstamos que necesitaba para mantener la empresa en funcionamiento. La relación con PNC ha estado completamente libre de estrés. Tengo planes de recurrir al banco mientras tenga esta empresa, lo cual, con suerte, será para siempre.