Es posible que una nueva tarjeta de crédito no sea el elemento imprescindible más obvio para el propietario de una pequeña empresa. De hecho, algunas personas realmente le temen a las tarjetas de crédito.[1] Pero no hay necesidad de ese temor. Una tarjeta empresarial dedicada puede ofrecer una gran cantidad de beneficios, especialmente si la tarjeta fue diseñada con el propietario de la pequeña empresa en mente.

Aquí hay cuatro maneras en las que una tarjeta empresarial podría ayudarle:

1. Separe sus gastos empresariales y personales.

Con una tarjeta empresarial, puede mantener sus compras empresariales separadas de aquellas personales. Esto puede mejorar su mantenimiento de registros para fines presupuestarios, contables y de impuestos. Algunos ejemplos de gastos empresariales que podrían cobrarse incluyen boletos aéreos, habitaciones de hotel, comidas de negocios, cuotas profesionales, suscripciones, cargos de teléfono celular, gastos de Internet y suministros de oficina. El cargo anual, si lo hubiera, y cualquier interés que pague por su tarjeta empresarial podría ser deducible de impuestos como gastos empresariales.[2]

2. Mejore el flujo de caja de su empresa.

Una tarjeta empresarial podría actuar como una forma de financiación a corto plazo para allanar el flujo de caja de su empresa. Esto le permite pagarle a sus proveedores mientras espera para cobrarle a sus clientes. Las tarjetas empresariales tienden a tener límites de crédito más altos que las tarjetas personales, lo que le da aún más flexibilidad para gestionar su flujo de caja.[3]

3. Establezca un historial de crédito empresarial.

Muchas empresas necesitan pedir prestado para su crecimiento. Si tiene pensado expandirse y sabe que necesitará un préstamo para hacerlo, una tarjeta empresarial puede ayudarle a crear el historial de crédito que podría ayudarle a obtener el préstamo que desea. Cuando busque una tarjeta, pregúntele al emisor a qué agencias de crédito se reportarán sus pagos. De esa manera, sabrá si pagar a tiempo mejorará su crédito personal, crédito empresarial o ambos.[3]

4. Acumule recompensas.

Una tarjeta empresarial puede permitirle ganar puntos, millas o bonificaciones de reembolso de dinero en efectivo para sus gastos empresariales. Algunas tarjetas ofrecen mejores recompensas para compras empresariales como viajes, tecnología o suministros de oficina. Distribuir tarjetas a sus empleados, con controles adecuados para evitar abusos y detectar fraudes, puede ayudarle a obtener recompensas más rápidamente.

Las tarjetas empresariales están sujetas a protecciones legales ligeramente diferentes a las tarjetas del consumidor, por lo que debe leer el contrato de tarjeta y hacer cualquier pregunta que pueda tener antes de aceptar una nueva tarjeta.[3]

Una conversación rápida podría ser suficiente para que entienda los beneficios y acepte obtener una tarjeta que satisfaga sus necesidades.