El artista George Gadson comenzó sus aspiraciones profesionales con la idea de convertirse en un ministro bautista, con la esperanza de cambiar vidas de una manera positiva. Después de graduarse de Duke University con un título de licenciado en teología, su trayecto seguía siendo tan poco claro como la paleta de pinturas de su vida: llena de esperanza y con muchos colores.
“Después de graduarme, todavía sentía curiosidad sobre mi identidad”, dice Gadson. “No fui al ministerio después de terminar la universidad porque sentí que necesitaba descubrir más sobre mí mismo. Estaba intentando encontrarme a 'mí'”.
En la actualidad, Gadson es el propietario de George Gadson Studios, que se especializa en esculturas, arte abstracto, pintura fotográfica, consultoría y talleres. Descubrió que incluso un trayecto tortuoso para conocerse a uno mismo puede conducir a una carrera gratificante. Una carrera que cuenta una historia, tiene un impacto en las personas y las comunidades y honra a las culturas ricas y vibrantes.
Las obras de Gadson se pueden encontrar en muchos lugares en el sur de la Florida, donde él radica. Pero sus obras también pueden encontrarse en otras partes del país, tales como universidades y comunidades históricamente negras, bibliotecas de investigación afroamericanas y en el folclore del fútbol profesional con los Premios Signature. Su pasión por lo que hace y su significado se impregna tanto en su obra artística como en la manera en que cuenta su historia.
Según Gadson, la pasión por tener un impacto positivo guía su forma de conducirse en todos los aspectos de su vida.
Como propietario de una pequeña empresa y antiguo banquero, la apreciación Gadson por la dedicación de PNC en favor del éxito de sus comunidades, ha hecho que se mantenga como cliente durante más de una década. Ambos tienen una meta en común.
Gadson compartió el complejo trayecto que recorrió para convertirse en artista y propietario de una pequeña empresa; cómo transmitió su experiencia y asesoró a otros artistas y ahondó sobre lo importante que resulta el trabajo de su vida, tanto para él como para todos los que le rodean.
¿Puede contarnos cómo se convirtió en artista y en propietario de una pequeña empresa?
En la primavera de 1974, después de graduarme en Duke, comencé a estudiar en España. Recuerdo estar sentado en mi cama, a punto de volver a graduarme, sin todavía tener la más mínima idea de quién era, ni qué haría durante el resto de mi vida.
Trabajé un tiempo en un banco en Florida durante los veranos, entre un semestre y otro, así que decidí dedicarme a eso. Conseguí un empleo en el programa de capacitación de administración y, en esa época, era la única persona de color en ese grupo de administración. Yo era entonces el centro de atención de todos. Era realmente muy estresante y me sentía como un pez en una pecera.
Decidí buscar un pasatiempo para lidiar con el estrés de una manera saludable y comencé a tomar clases de arte los fines de semana. De inmediato me enamoré de ello. Comencé a montar stands en festivales de arte, incursioné en el papel maché y continué con ese pasatiempo a medida que avanzaba en mi carrera bancaria. Después de comenzar una empresa hipotecaria, algo que más tarde decidí que no era para mí, decidí mudarme del centro al sur de la Florida e involucrarme con una cámara de comercio y una organización de desarrollo económico locales.
En 1995, el partido de fútbol más importante llegó al sur de la Florida y esas organizaciones y el comité organizador querían hacer un regalo a los propietarios de la NFL. Yo presente mi idea de una escultura llamada “The Kicker”. A los miembros del comité organizador les encantó la idea, ya que una escultura no estaba en su mente ni siquiera como una posibilidad. Esa fue mi primera escultura y mi primera incursión profesional en el mundo del arte. Era una pieza de bronce de edición limitada.
¿Cómo se tradujo específicamente esa primera incursión en esta carrera tan exitosa?
Algunos años después de ese partido por el campeonato de 1995, el área del sur de la Florida volvió a ser la sede de ese partido en 1999. Entonces creé otra escultura llamada “The Quarterback”. Fue otra pieza en bronce de edición limitada que se le obsequió a los propietarios de la NFL.
Ahora miro al pasado, a esas dos obras de arte tan especiales y me digo: “¡Vaya!, ¿yo fui el creador de eso?” Es una sensación increíble. Durante el tiempo en que estuve en esas organizaciones enfocadas en temas económicos y empresariales, me relacioné tanto como pude. Como resultado, nuevas personas se me acercaban para preguntarme sobre qué tipo de esculturas podía hacerles.
Comencé a crear obras de arte para sitios específicos de universidades y corporaciones. Y entonces empecé a realizar más trabajos para las comunidades locales. En 2002 creé una escultura de 12 pies para el African American Research Library and Cultural Center (AARLC), para su gran inauguración. La biblioteca fue una de las cinco bibliotecas de su clase en esa época. Fue entonces cuando comencé a participar en muchas obras de arte públicas relacionadas con la comunidad, lo que representa una buena parte de mi empresa.
¿En qué consiste su proceso creativo cuando se hace cargo de esos proyectos comunitarios importantes que tienen el propósito de embellecer y educar?
Cada trabajo es diferente, por lo tanto la inspiración es diferente. Cuando me encuentro con mi cliente, percibo qué es lo que desea que comunique la obra. De manera que parto de ese concepto, realizo mi investigación y tomo una determinación: ¿Para que se utilizaba el lugar anteriormente? ¿Qué uso se le dará en el futuro?
La obra de arte necesita tener una conexión histórica y honrar el presente y el futuro. Investigar es importante porque la obra que se encuentra en un espacio público necesita poseer el espíritu del lugar. Yo realicé la escultura de una mujer con un traje de noche para la Florida Memorial University, una universidad históricamente negra. Los renombrados compositores James Weldon Johnson y su hermano, J. Rosamond Johnson, escribieron la canción “Lift Every Voice and Sing” en 1900, y el Florida Memorial Glee Club la cantó por primera vez en la FMU, que en aquella época estaba en la región noroeste de la Florida.
En la actualidad se le conoce por lo general como el “Black National Anthem” (Himno Nacional Negro). Esa escultura incluye las primeras notas de esa canción en la parte delantera de su vestido y en la actualidad se encuentra en el Lou Rawle’s Performing Arts Center de la FMU en Miami. En cuanto al AARLC, el director me dijo que veía el edificio como un puente que conecta la economía, la cultura, la educación, la tecnología y la geografía. Si usted observa la escultura “The Bridge”, sus lados representan al Edmund Pettus Bridge en Selma, Alabama, que tiene un significado importante en cuanto al inicio del movimiento por los derechos civiles.
Usted ha hecho mucho para tantas comunidades y ha tenido una carrera muy exitosa. ¿Qué consejo podría darles a otros artistas en búsqueda de hacerse de un nombre en sus comunidades?
Creo firmemente en el establecimiento de relaciones. Le digo a los artistas y a los que no lo son, que la manera de hacer crecer su negocio es a través del establecimiento de relaciones. En cuanto a los artistas, también les digo que deben rodearse de personas que no solo disfruten del arte, sino que también compren y conozcan de arte. Esas son las personas que se sienten más inclinadas a apoyar su obra.
Participar en diversos comités que no estén relacionados con el arte y codearse con personas influyentes de su comunidad. En términos de capital para iniciar su empresa, como antiguo banquero les digo que deben buscarse un banquero que les conozca personalmente. Es muy difícil conseguir financiamiento para una nueva empresa porque nadie conoce las fluctuaciones de su empresa.
De manera que cuando necesite financiamiento, su banquero sabrá quién es usted y qué puede lograr su empresa. Esa es la razón por la que me siento tan agradecido de ser cliente de PNC, ya que mi experiencia ha sido que para ellos los clientes no son solo un número de cuenta.
Su trabajo ha tenido un impacto sobre muchas comunidades y personas. ¿Qué significa ello para usted y para el esfuerzo que ha dedicado a esta carrera y a esta empresa?
Al principio dije que cuando me gradué en la universidad yo no sabía quién era. Ahora sé quién soy. Soy un hombre con un propósito y un talento que no sabía que tenía. Soy una persona que no da por sentado lo que hace, porque mi talento me ha ayudado a transformar vidas, al colocar arte que le habla a la comunidad y preserva su historia en diferentes comunidades.
Veo mi arte como un ministerio en el que puedo llegar a sus vidas e inspirar a las personas, ya sean negros, blancos o de cualquier raza. Todos tenemos algún talento y todos tenemos algo que ofrecer a la humanidad. Una vez que lo encuentren, dedíquense a ello. Vivirán una mejor vida porque estarán cambiando otras vidas y se sentirán realizados. En mi caso, si no hago mi arte, siento que no soy yo mismo.