El Dr. Jamie Oshidar abandonó la fuerza aérea teniendo el plan de unirse al consultorio dental de su hermano en el sur de Nueva Jersey aunque, como muchas cosas en el emprendimiento y en la vida, las cosas realmente no salieron como esperaba. Dos décadas más tarde, el Dr. Oshidar es dueño de Roselle Park Dental & Implants. Ha superado varios desafíos, incluida la reciente pandemia, para establecer una empresa y un equipo que estén arraigados en el propósito.
Como reconocimiento del Día de los Veteranos, entrevistamos al Dr. Oshidar sobre su trayecto empresarial, las lecciones que aprendió en la fuerza aérea y por qué el éxito de su consultorio dental implica más que simplemente ganar dinero. Lo más importante: sus perspectivas como empresario, veterano y dentista nos dan muchos motivos para sonreir.
Cuéntanos cómo estableciste Roselle Park Dental & Implants.
Siempre tuve la meta de ser el proveedor de mi familia y de estar ahí para criar a mis hijos. No quería tener la necesidad de un ingreso doble. Así que, después de haber trabajado en otro consultorio durante algunos años, adquirí un consultorio que ya estaba en operación. Pensé que estaba adquiriendo el consultorio de mis sueños, pero ese no fue el caso. La empresa no estaba donde yo quería que estuviera. Además, se centraba en los implantes dentales, y yo jamás había hecho un implante dental en mi vida. Me dediqué por completo a ello y me convertí en un experto en implantes dentales. La situación me obligó a aprender sobre la odontología de implantes, lo cual en última instancia salvó mi empresa, marcó el inicio de mi carrera y me permitió llegar adonde me encuentro hoy.
¿A qué obstáculos te enfrentaste en los primeros días de administrar tu consultorio?
El mayor desafío en la vida de cualquier persona lo representa uno mismo, así que en mi caso lo que tuvo que ocurrir fue un cambio completo de mentalidad. Al principio, miraba a mi personal y a las personas que trabajaban para mí y sentía que se estaban llevando algo que era mío. ¿Por qué tengo que pagarles? Tenía trabajo por hacer. Así que empecé a leer e investigar para aumentar mi conocimiento, y me di cuenta de que ser propietario de un consultorio dental tiene que ver solo un poco con los dientes y mucho con ser el propietario de una empresa. Empecé a comprender lo que se necesita para establecer una empresa. Comencé a mirar a mi equipo no solo en términos de lo que se puede obtener de ellos, sino de lo que ellos pueden obtener del consultorio dental. Ese fue el momento en que empecé a ver una transformación tanto en la empresa como en el personal.
¿Cómo se refleja en el trabajo esa mentalidad de dar prioridad al bienestar y al éxito de tu equipo?
En el caso de mi equipo, les pido que escriban sus metas de vida. ¿Qué es importante para ellos? ¿Y cuál es el siguiente paso en su vida? Generamos un nivel de responsabilidad al comprender lo que los empleados desean. De esa manera, cuando vienen a trabajar, saben por qué están aquí, es decir, saben cómo se benefician. Además, doy retos a mi equipo. Pido permiso para hacer que asuman la responsabilidad para esforzarse por sus metas. Quiero que ellos reconozcan que, cuando hacen algo bien en el consultorio, el consultorio se beneficia, y ellos también. Una vez que eres capaz de lograr ese cambio de mentalidad, es maravilloso ver lo que pasa.
Pasaste ocho años en la fuerza aérea. ¿Aprendiste algo de esa experiencia que te ayude con tu empresa?
La declaración más profunda que alguien me dijo en la fuerza aérea ocurrió durante mi entrenamiento como oficial comisionado. El oficial que dirigía el entrenamiento me miró y me dijo, “Capitán Oshidar, tiene una personalidad muy agradable. Así que las personas trabajarán para usted y la fuerza aérea lo amará. Sin embargo, esa también será su mayor pérdida y su mayor problema". Atravesé bastantes obstáculos en la empresa y en mi vida personal, y me di cuenta que a menudo tenía expectativas poco realistas de las personas. Hago mucho, doy y empujo, pero no debería esperar nada a cambio porque las personas no pueden cambiar quienes son. Esta es una lección difícil que he aprendido de la vida, pero me hizo crecer y estoy muy agradecido por ello.
¿Qué consejo le darías a otros veteranos que están interesados en empezar su propia empresa?
Lo primero que diría es que deben saber qué es lo que quieren. Tener una visión. Si tomas mi empresa como ejemplo, mi misión no necesariamente es arreglar un diente a la vez. Mi propósito en la vida no es ser solo un dentista. Mi propósito es ayudar a las demás personas a convertirse en una mejor versión de sí mismas, y puedo lograrlo con base en mi crecimiento y mi trayecto. No se trata del dinero, sino del propósito. Si lo abordas de esa manera desde el principio, crearás una empresa y una vida que se centre en esa meta más grande. Y cuando abras las puertas, podrás confiar en ti mismo y en tus decisiones porque estas se basarán en dicho propósito.
Has avanzado mucho desde que compraste un consultorio que no era lo que esperabas. ¿Qué logro es el que te da la mayor satisfacción?
Pues bien, actualmente el consultorio es bastante grande, y en Nueva Jersey nos conocen muy bien por lo que hacemos. Diseñé un consultorio en el que se enseñan mis valores centrales a las personas que trabajan ahí, y creo que es un lugar de crecimiento para los empleados y para mí. Yo desde luego he crecido mucho. Una de las cosas que más me enorgullecen es que miramos nuestra empresa a través de la perspectiva de cómo podemos añadir valor a la vida de otras personas. Queremos hacer lo correcto, en el momento correcto y por los motivos correctos. No queremos centrarnos solamente en cuánto dinero podemos ganar. En vez de ello, estamos haciendo lo que debemos hacer, y sabemos el motivo, y esto se traduce en unos pacientes satisfechos y un equipo feliz.