Hay muy pocas malas razones para seguir un presupuesto, pero hay muchas excelentes razones para comenzar uno, en particular la capacidad de llevar un mejor control de sus finanzas, sin importar lo que esté ocurriendo en la economía. Entre la inflación y la inestabilidad económica, los estadounidenses parecen encontrarse en una situación financiera más precaria de lo normal.

Una encuesta reciente de CNBC ha revelado que el 58 % de los estadounidenses afirman que viven al día y que el 70 % de los estadounidenses afirman que les estresa su situación financiera actual.[1]

Sin embargo, sin importar dónde se ubique en términos financieros, un presupuesto puede servir como hoja de ruta para determinar cuánto debe gastar y cuánto debe ahorrar, en particular si el dinero escasea. Esta es una descripción general de cómo un presupuesto sólido puede ayudarle a mantener el rumbo.

Comprométase con un presupuesto

Los expertos financieros sugieren que siempre siga un presupuesto,[2] pero a menudo recurrimos a la elaboración de presupuestos cuando queremos lograr una meta financiera o sentimos que nos encontramos en una emergencia. Verbalizar y anotar sus metas a corto y largo plazo es una parte importante de un plan de gastos y ahorros. Para muchas personas, esta es la parte que puede incentivarle y motivarle para que se ciña al presupuesto que ha elaborado. Puede ser más sencillo omitir las salidas a cenar más costosas cuando sabe que su frugalidad le compensará con dividendos para vacaciones o se destinará al pago inicial de una vivienda.   

Con frecuencia el dinero puede generar emociones, y si personaliza sus metas de ahorro, esto puede motivarle a establecer el compromiso de lograr un hito financiero. Para empezar, puede probar algunos métodos populares de elaboración de presupuestos, como el método 50/30/20, el cual divide sus ingresos al contribuir el 50 % para las cosas que necesita, el 30 % para las cosas que quiere y el 20 % para ahorros y el pago de deudas. Este método también se conoce como el sistema de sobre basado en dinero en efectivo.[3] Existen muchos sistemas para elaborar presupuestos, pero lo mejor es identificar el que coincida con su estilo de vida. 

También hay varias aplicaciones y calculadoras basadas en tecnología para ayudar a empezar su presupuesto. Si realizar los cálculos por cuenta propia parece intimidante, la hoja de trabajo de presupuesto de PNC es una excelente herramienta para hacer los cálculos, y Virtual Wallet® incluye varias herramientas útiles para elaborar presupuestos, así como una estructura de cuenta que le ayuda a gastar, reservar y hacer crecer su dinero de acuerdo con sus metas.

Elabore un presupuesto que funcione

Puede empezar un presupuesto con unos cuantos pasos sencillos. Primero, deberá conocer cuáles son sus ingresos, gastos y metas de ahorro. 

La elaboración de presupuestos rara vez es una tarea que puede realizar y olvidarse de ella. En lugar de ello, es probable que tenga que ajustar su presupuesto según sus necesidades, circunstancias y metas actuales y cambiantes. Mientras elabore su presupuesto, considere cómo podría ser este a lo largo de las temporadas, circunstancias de vida cambiantes y cualquier cambio que se produzca en su situación financiera.

Sepa cuánto gana

Si no tiene un conocimiento a fondo de cuánto gana, lo tendrá después de este paso de la elaboración de presupuestos. Idealmente deberá sumar todas las fuentes de ingresos netos, que son sus ingresos después de impuestos. Probablemente este es el dinero que obtiene de su empleo o sus ingresos por trabajo autónomo, así como toda actividad secundaria adicional o fuentes de ingresos que pueda tener.

Sepa cuánto gasta

Es en este punto en el que tiene la oportunidad de jugar al detective y examinar sus gastos de cuando menos un mes, aunque examinar los gastos de seis meses quizás sea incluso mejor. Analice los estados de cuenta bancarios, los estados de cuenta de tarjetas de débito y crédito o cualquier dinero adicional que utilice para realizar el pago de bienes y servicios. Idealmente, sus ingresos deben cubrir todos sus gastos. Clasificar sus gastos es una manera en la que puede continuar analizando en qué está gastando el dinero en efectivo que tanto esfuerzo le cuesta ganar.

Al principio, es posible que crea que todos los gastos son necesarios. Por lo tanto, ¿cómo determina cuáles son las cosas que necesita y las cosas que quiere? Las cosas que necesita normalmente son las cosas que requiere para la vida diaria (vivienda, alimentos, servicios públicos, etc.). Una cosa que quiere sería una televisión nueva.  

Otro aspecto que debe considerarse es si el gasto es fijo o flexible. Determinar la frecuencia de un gasto es otra buena razón por la que le conviene examinar detenidamente los estados de cuenta de más de un mes. Por ejemplo, las facturas de servicios públicos tal vez sean mensuales, pero incluso estas pueden ofrecer cierta flexibilidad entre una factura y la siguiente.

Dependiendo de donde viva, es posible que sus facturas sean más altas en verano y más bajas en el invierno, o viceversa. Algunos gastos pueden presentarse de vez en cuando, como el aseo trimestral de mascotas o los útiles escolares.

Este ejercicio puede parecer tedioso, pero tal vez descubra un cargo del gimnasio o un servicio de suscripción que no ha utilizado en meses y que ahora puede cancelar. Identificar maneras para eliminar los gastos innecesarios puede ayudarle a ahorrar ese dinero.

Desarrolle sus metas de ahorro a corto y largo plazo

Ahora que ha planificado sus ingresos y gastos, es momento de decidir cómo un presupuesto puede ayudarle a lograr el éxito financiero al definir sus metas a corto y largo plazo. 

  • Una meta a corto plazo es una meta que se puede lograr en un plazo de 3 a 6 meses. 
    • Ejemplo: Ahorrar para una escapada de fin de semana en 3 meses. 
  • Una meta a largo plazo es una meta que se puede lograr en 3, 5 o 10 años. 
    • Ejemplo: Liquidar su hipoteca en 10 años.

Ahorre para alcanzar dichas metas

Es importante establecer metas de ahorro cuantificables, es decir, debe ser posible asignar un número a cada una de ellas. Si en la meta a corto plazo la persona que establece la meta quiere gastar aproximadamente $600 en su viaje, dividiríamos esta cantidad entre 3 meses. La meta actualizada se convierte en la siguiente: 

  • Ahorrar $200 al mes o $100 de cada salario para unas vacaciones.

Toda meta a largo plazo, por ejemplo, maximizar sus ahorros, también debe tener asignado un número. ¿Cuánto quiere tener ahorrado? ¿Para cuándo quiere alcanzar dicho número? Cuantificar sus metas es una manera para ayudarle a empezar a trabajar en sus metas.

Revise y actualice su presupuesto

Recuerde que los presupuestos no son inactivos. Las metas y las motivaciones cambian, al igual que las circunstancias. Podría recibir un aumento o tener un momento difícil.

¿Por qué no revisa su presupuesto para ver si sus metas a corto y largo plazo siguen siendo lógicas? Y en caso de que ya no sean lo que quiere, ¿por qué no darse la oportunidad de revisar dichas metas?

Una manera de hacerlo es establecer un recordatorio en su calendario cada seis meses, o cualquier otro intervalo que sea conveniente para usted, para revisar y actualizar su presupuesto.

Todo tiene que ver con la paciencia y elegir el momento oportuno. Hacer un presupuesto puede ayudarle a sincronizar los gastos que en sí está realizando con la vida que quiere vivir. Dominar lo básico puede ayudarle a ahorrar dinero y lograr sus metas financieras.