Constantemente entran al mercado monetario de enviar y recibir dinero nuevas aplicaciones, y parece que todas las redes sociales y plataformas de comunicación quieren participar de la acción. A los usuarios les encantan: simplemente vinculan la aplicación a una tarjeta de crédito, tarjeta de débito o cuenta de banca, y envían o solicitan dinero con unos pocos clics. Nada de escribir un cheque o acordarse de entregar el dinero en efectivo la próxima vez que veas a alguien.

Mientras que los líderes del mercado parecen tener paridad en lo que respecta a las características de las aplicaciones, aquí hay algunas cosas a considerar antes de usarlas.

1. Piensa en cómo vas a usar la aplicación.

Aunque los servicios pueden ser similares, hay diferencias importantes. Por ejemplo:

  • Algunos proveedores mantienen los fondos en un saldo en la aplicación hasta que se hace una transferencia a tu cuenta de banca, mientras que otros simplemente mueven el dinero directamente de una cuenta de banca a otra.
  • Los tiempos para completar las transferencias varían, algunas se realizan en un día o menos y otras toman más tiempo.
  • Algunas aplicaciones tienen límites sobre la cantidad que puedes enviar.
  • La mayoría no cobrará por el uso personal, aunque puede haber cargos por usar una tarjeta de débito o una tarjeta de crédito, o por extraer fondos de la aplicación.

Solo asegúrate de saber que puedes esperar antes de usarlas.

2. Envía y recibe dinero solo con personas que conoces y en las que confías.

Esto es importante, especialmente si estás comprando algo y usando una aplicación para enviar dinero al vendedor, o si estás vendiendo algo y el comprador te está pagando usando una aplicación. Aunque algunas aplicaciones permiten que el remitente cancele las transferencias antes de que el dinero cambie de manos, incluso si recibiste una confirmación, otras establecen que los fondos enviados no se pueden cancelar.

Si, por ejemplo, colocaste una bicicleta a la venta y recibiste el pago a través de una aplicación, el comprador podría montarse en tu bicicleta y cancelar la transacción, dejándote sin nada… y sin recurso alguno. En estos casos puede ser mejor utilizar dinero en efectivo, un cheque de caja o un cheque de banco.

3. Bloquea tu dispositivo y la aplicación.

¿Cuántas veces has visto a alguien publicar desde la cuenta de red social de otro amigo? Es demasiado fácil coger un teléfono o una tableta y entrar en las aplicaciones del propietario. Aunque puede parecer incómodo exigir una clave de acceso cada vez que levantes el dispositivo, te acostumbrarás a ello en poco tiempo.

También deberías configurar una contraseña para acceder a la aplicación y diferenciarla de la que se utiliza para desbloquear el dispositivo. También puedes configurar la aplicación para que te notifique sobre las transacciones y los cambios en la configuración de tu cuenta.