Encontrar el amor (o incluso alguien que te guste) no siempre es fácil. Si tu pareja es compatible contigo podrían superar los obstáculos iniciales de la relación, pero con el tiempo podrían enfrentarse a un problema si sus personalidades financieras resultan ser todo menos perfectamente compatibles.
Hay algunas cosas en las que podrían estar de acuerdo cuando se trata de las finanzas. Por ejemplo, en una encuesta se identificó que el gasto excesivo y el hecho de tener secretos en cuanto a las finanzas fueron los principales factores financieros no negociables para las parejas de todos los estados.1
Sin embargo, es posible que no siempre se encuentren en perfecta armonía en términos financieros, lo que podría sentar las bases para disputas sobre dinero en el futuro. Encontrar maneras para reconciliar sus opiniones diferentes sobre el dinero puede ser la clave para hacer que la relación funcione.
Cómo tu personalidad financiera afecta tu salud financiera
“Todos tienen sus propias creencias, hábitos y experiencias en torno al dinero, que comienza desde la infancia y continúa en la adultez. Estas experiencias y creencias colectivas son lo que da forma a tu diálogo interno y a tu comportamiento con respecto al dinero”, dice Carrie Friedberg, instructora financiera.
“Todos tuvimos momentos financieros importantes durante la niñez, ya fuesen positivos, negativos o neutros”, dice Friedberg, lo cual contribuye a tu personalidad financiera general. Y, a su vez, tu personalidad financiera es lo que influye en la forma en que administras las cosas, como la elaboración de presupuestos, el gasto, el crédito y la deuda.
Estos son algunos de los tipos más comunes de personalidad financiera:
- Gastadores. Los gastadores disfrutan gastando el dinero en sí mismos y en los demás. Suelen hacerlo con libertad y en ocasiones de manera impulsiva.
- Ahorradores. Los ahorradores cuidan su dinero y creen en la importancia de reducir costos y reservar dinero para épocas difíciles. Los acumuladores compulsivos de dinero son un ejemplo extremo de ahorradores, ya que son sumamente frugales y viven para ahorrar.
- Amasadores. Los amasadores son un poco diferentes a los ahorradores. Les gusta ahorrar dinero, pero también analizan el panorama general, por ejemplo, en cuanto a establecer un patrimonio y seguridad financiera a largo plazo.
- Evasores. Los evasores en cuanto al dinero llevan la mentalidad relajada a un nuevo nivel. No quieren pensar en el dinero, hablar de este ni encargarse de administrarlo.
¿Te identificas a ti o a tu pareja en la lista? De ser así, ya has abordado la parte difícil, la cual implica identificar una posible incompatibilidad financiera.
Friedberg dice que en su caso, su esposo es un evasor cuando se trata de hablar sobre el dinero o administrarlo, mientras que ella es muy práctica. Esas personalidades diferentes han influido directamente en la división de trabajo, en términos de cómo administran sus finanzas.
En su sistema actual, Friedberg asume la responsabilidad de pagar las facturas y guiar su plan financiero, y se sienta a conversar con su esposo unas cuantas veces al año para asegurar que esté satisfecho con la dirección que están llevando. Si una pareja identifica una incompatibilidad de personalidad financiera, es importante encontrar un sistema que permita integrar los dos diferentes puntos de vista de manera armoniosa.
Pros y contras de salir con una persona que sea tu opuesto financiero
Tener una relación con alguien que no tenga la misma opinión que tú con respecto al dinero tiene sus ventajas y sus desventajas.
Del lado de las ventajas, salir (o estar casado) con alguien cuya personalidad financiera sea opuesta te puede enseñar una perspectiva financiera diferente. Por ejemplo, si eres el gastador de la relación, salir con un ahorrador te podría exponer a creencias financieras y hábitos positivos que quizás no hayas experimentado cuando eras pequeño. O bien, si eres el ahorrador, podrías ser quien ponga un ejemplo positivo en cuestiones de dinero para tu pareja gastadora.
Desde luego, la desventaja es que el dinero se puede convertir en una fuente de discordia entre los dos. Por ejemplo, es posible que cada uno tenga ciertos factores financieros no negociables que podrían hacer la relación difícil de mantener. Eso podría incluir cosas como:
- Estar en deuda
- Tener un puntaje de crédito bajo
- Mentir sobre el dinero u ocultarlo
- No estar dispuesto a hablar sobre el dinero
Por ejemplo, si eres un amasador que se centra en la seguridad financiera y en aumentar tu patrimonio neto, podrías sentirte frustrado con una pareja o cónyuge que es un evasor e implementa un enfoque elusivo con respecto al dinero.
Friedberg menciona que sus factores financieros no negociables incluyen evitar deudas de tarjetas de crédito y asegurar que las facturas siempre se paguen a tiempo. Sin embargo, dado que su esposo prefiere no involucrarse en los detalles, en gran medida depende de ella asegurar que no se estén rompiendo sus propias reglas financieras.
“Puede ser un poco solitario a veces y tengo que mantener el resentimiento bajo control, pero en general ambos tenemos lo que queremos”, dice.
Cómo evitar que las diferencias en cuanto al dinero dañen tu relación
El hecho de no estar de acuerdo al 100 % con respecto al dinero no significa que no puedas tener una relación feliz, pero quizás debas esforzarte un poco más para lograrlo.
Teniendo eso en cuenta, estos son algunos consejos para administrar tus finanzas como pareja, incluso si sus personalidades financieras no son idénticas.
- Acepta tus diferencias. Si bien no necesariamente tienes que aceptar una mala conducta financiera, como tener secretos en cuanto al dinero, sí tienes que aceptar el hecho de que tú y tu pareja son personas diferentes con puntos de vista financieros distintos.
- Mantén la comunicación. Sin duda alguna, la comunicación es la clave para hacer que una relación funcione cuando hay un desacuerdo con respecto al dinero. Ambos deben sentirse cómodos al comunicar al otro lo que opinan con respecto al dinero y la forma de administrarlo en la relación. Charlar sobre el dinero con regularidad puede ayudar a ambos a comprender el punto de vista de la otra persona y qué es lo que motiva sus creencias financieras.
- Respeta las metas financieras y prioridades de tu pareja. El respeto es esencial en toda relación, incluso si el dinero no es una preocupación. Ser respetuoso, en lugar de señalar o dar sermones, puede ayudar a mantener abiertas las líneas de comunicación para que puedan continuar trabajando para mejorar su panorama financiero juntos.
- Establece límites. Si no emplean el mismo enfoque con respecto al dinero, debe haber ciertas reglas básicas para administrarlo. Por ejemplo, pueden tomar la decisión de mantener sus cuentas bancarias separadas en lugar de mezclar su dinero. O bien, pueden abrir una cuenta conjunta a la que ambos contribuyan un monto acordado para pagar las facturas compartidas. Tener límites con los que ambos se sientan cómodos puede reducir las probabilidades de enfrentarse a desacuerdos con respecto al dinero.
- Sé justo. Si como pareja comparten gastos, asegúrate que se esté haciendo de una manera justa. Por ejemplo, si uno de ustedes gana una cantidad de dinero considerablemente mayor, en vez de dividir los gastos mitad y mitad, quizás podrían acordar dividir los gastos basándose en cuánto gana cada uno.
Por último, otro aspecto importante a tener en cuenta si eres totalmente opuesto a tu pareja cuando se trata de dinero es mantener las cosas en buenos términos, según Friedberg. “Una pareja exitosa aprende a sobrellevar estas diferencias, con ayuda profesional en caso de ser necesario, y no se aferra a querer cambiar al otro”.
¿Necesitas ayuda para abrir cuentas para gastos compartidos e individuales? Considera hablar con un especialista de banca de PNC sobre las soluciones que te pueden ayudar a administrar tu dinero como pareja de una manera más eficaz.