Las redes sociales ofrecen muchos beneficios, por ejemplo, presenciar un hito laboral de un antiguo colega o encontrar y mantenerse en contacto con parientes y amigos de quienes no tenía noticias desde hace mucho, aunque también suponen desventajas.
Por ejemplo, cuando se trata de nuestro dinero, aproximadamente una tercera parte de los estadounidenses admitieron que las redes sociales influyen en sus gastos, pues provocan que gasten más de lo que deberían para seguirle el ritmo a sus compañeros.[1] Mientras tanto, casi el 40 % de los adultos gastan más dinero en experiencias que en gastos básicos como las facturas, lo que se debe en parte a que quieren compartir dichas experiencias en las redes sociales.[2]
Estas son algunas medidas que puede tomar que podrían permitirle continuar usando las redes sociales mientras mantiene su cuenta bancaria en orden.
1. No gaste para seguirle el ritmo a los demás
Los estudios indican que las personas que prevén las tentaciones de gasto futuras mejoran su capacidad para tomar mejores decisiones financieras.[3] Al poner esto en el contexto de las redes sociales, esto podría significar que espere sentir envidia o tener sentimientos de “enfocarse en estar a la moda” para detonar su impulso de gastar, en particular en fechas en las que el gasto es tradicionalmente alto, como la temporada de las fiestas o las vacaciones de verano, así como encontrar maneras para detener ese hábito.
Por ejemplo, puede practicar haciendo una pausa antes de cada compra para calcular cuánto tiempo tendrá que trabajar para compensarla. Hacer una pausa también puede obligarle a contemplar qué tan necesaria es la compra y si la seguirá usando en un mes o un año. Al prever cómo podría reaccionar a la forma en que las demás personas parecen estar gastando su dinero, puede estar preparado para frenar sus propias compras (que con frecuencia son innecesarias).
2. Limite su interacción en las redes sociales
Hay maneras para frenar su interacción en redes sociales sin tener que abandonarlas por completo. Puede ocultar o cambiar la ubicación de sus aplicaciones de redes sociales o eliminarlas de su teléfono (esto no eliminará sus cuentas en sí, pero será más difícil visitar los sitios).
También puede establecer “descansos” más cortos de las redes sociales en los que de hecho abandone estos sitios durante un periodo específico. Para hacerlo, puede desactivar las notificaciones de sus aplicaciones de redes sociales y usar la función de temporizador de las aplicaciones para establecer una alarma, la cual le avisará cuando haya utilizado la aplicación durante cierta cantidad de tiempo cada día.
Como mínimo, puede silenciar o dejar de seguir a los amigos, influencers y anuncios que provocan que gaste más.
Siga a las cuentas y personas que aumenten su confianza en sí mismo y que aboguen por un estilo de vida no materialista. Tal vez se dé cuenta que tomar la decisión consciente de llenar su feed de noticias con contenido que promueva un estilo de vida más simple, y no necesariamente provoque que quiera comprar, puede marcar la diferencia.
3. Practique la gratitud
Existen muchos beneficios en cuanto a introducir gratitud a su vida. Por ejemplo, los estudios han demostrado que practicar la gratitud puede aumentar la confianza en sí mismo, mejorar la paciencia y la resiliencia, reducir la envidia y, lo que quizás es más importante cuando se trata del dinero, hacer de usted una persona menos materialista.[4]
Poner un poco de gratitud en su vida tampoco tiene por qué llevarle mucho tiempo. Llevar un diario de las cosas que le hacen feliz, realizar pequeños actos de bondad y escribir cartas o notas breves a sus seres queridos son maneras sencillas para recordar todas las cosas por las que debe estar agradecido. A su vez, estas tácticas pueden ayudarle a superar las emociones que provoca el gasto excesivo.
4. Siga siendo sociable en la vida real
Mantenerse en contacto con sus conexiones virtuales está bien a corto plazo, pero nuestras conexiones de la vida real son las que nos hacen mantener los pies sobre la tierra. Pasar tiempo en persona con sus seres queridos no solo le ayudará a forjar lazos más fuertes, sino que además disminuirá el tiempo que usted normalmente invierte revisando las redes sociales.
Si eso no basta para estimular sus habilidades sociales, un estudio[5] que cuantificó el valor en dólares de las relaciones humanas, identificó que el aumento de la actividad social asciende aproximadamente a $131,232 al año en satisfacción de vida.
5. Haga un presupuesto para sus hábitos de gasto
En última instancia, si las sugerencias anteriores no pueden evitar que siga usando las redes sociales y gastando, considere trabajar en su miedo a perderse de algo para integrarlo en su presupuesto mensual (suponiendo que aún tenga cubiertas sus demás responsabilidades y metas financieras) para que esto no lo lleve a la deuda. Solo recuerde que nos sentimos menos felices al comprar cosas cuando tenemos estrés financiero,[6] pero hacer otros gastos, por ejemplo, hacer donaciones a entidades benéficas o hacer algo por los demás, sí nos ofrece mayores niveles de felicidad.[7]
También recuerde que lo que decidimos compartir en las redes sociales no muestra el panorama completo.
Centrarse en sus metas financieras, tanto a corto como a largo plazo, debe ser su principal prioridad cuando se trata de las cosas en las que gasta el dinero. Si está buscando orientación más personalizada en el ámbito de los presupuestos, considere hablar con un especialista financiero de PNC hoy mismo.