Reubicarte para un nuevo empleo es una decisión financiera importante que puede afectar tus ahorros. Aunque el salario pareciera ser la variable más importante que está en juego, hay otras cosas que debes considerar antes de empacar y ponerte en camino. Puedes tener un gran interés por un empleo y por el impulso potencial que este dará a tu carrera, pero dicho empleo no debería requerir que dejes de lado tus metas de ahorro a corto y largo plazo.

Entonces, antes de lanzarte a la aventura, ten en cuenta estas consideraciones de finanzas inteligentes:

Impuestos

En algunos lugares no hay impuestos estatales, por lo que tu sueldo quincenal podría alcanzarte para más. Aunque, por otro lado, también es importante recordar que los empleados en algunas áreas deben pagar impuestos municipales además de los impuestos estatales y federales. Investiga las leyes tributarias si contemplas un empleo en otro estado y después reflexiona sobre cómo dichas leyes podrían influir en tu plan de ahorros.

Distancia de la reubicación

¿Te mudarás a un par de cientos de millas o hasta el otro lado del país? La diferencia en los costos de reubicación podría ser drástica, especialmente si tienes muchas pertenencias. Si tu nueva compañía cubrirá una parte o la totalidad de tu reubicación, entonces tómalo en cuenta en el panorama general.

Costos de mudanza que se acumulan

Incluso si no contratas una compañía de mudanza profesional, la mudanza sigue siendo cara. Quizás necesites dinero para dar el anticipo de una casa nueva o para dar un depósito de garantía y el primer mes de renta. Quizás tengas que reabastecerte de artículos de aseo personal, artículos de limpieza y comestibles que no durarán hasta finalizar el viaje o que decidirás no llevar debido a que el espacio del que dispongas sea limitado. Además, al llegar a tu nueva casa, probablemente querrás tener algo de efectivo para explorar, probar actividades nuevas y conocer nuevas personas.

En promedio, las compañías que pagan por la reubicación de empleados gastan casi $20,000[1] en un empleado nuevo. Entonces, imagina tomar tu nuevo salario y reducirlo en $20,000 (o incluso $10,000) de tus ingresos brutos si la compañía no cubre tu reubicación. Sin embargo, hay unas cuantas maneras de ayudar a gestionar estos costos sin tener que rechazar esa fantástica oportunidad de un empleo nuevo.

Negocia un “bono de contratación” con tu empleador

Al negociar con un empleador nuevo, no es poco común señalar algunos de los costos adicionales relacionados con un próximo estilo de vida y pedir que se añada cierta compensación a un paquete de reubicación.

Únete a la economía compartida

Si te vas a mudar a una zona urbana, considera el vender tu automóvil. Después, renta uno por horas cuando lo necesites. Hay disponibles muchos servicios compartidos que compensan los costos de tener o rentar un automóvil.

Quédate con un amigo.

Si conoces a alguien en la zona donde te vas a reubicar, pregúntale si puedes quedarte unas cuantas semanas o incluso un par de meses. Además de ahorrar dinero, esto te ayudará a conocer la zona antes de comprometerte a vivir en un vecindario que no conozcas muy bien.

Administrar estos costos de reubicación te puede ayudar a no desviarte de tus metas a corto y largo plazo. Aunque mudarse a una zona nueva puede ser emocionante y alentador, el gasto que ello implica no significa que no puedas seguir ahorrando para la jubilación o hacer depósitos con regularidad a tu cuenta de ahorros. Si tienes otras preguntas, considera hablar con un profesional de PNC que te pueda ayudar a explorar los aspectos financieros de un cambio de empleo.