Tus padres te criaron, y ahora es posible que tú estés criando a tus propios hijos. Incluso podrías tener que desempeñar un rol inesperado: ser el cuidador de un padre anciano. Una encuesta de la AARP (Asociación de estadounidenses jubilados) mostró que el 40 por ciento de las personas que son cuidadores de otros adultos dice que no estaban preparados para desempeñar ese papel.[1]

¿Cuál es la buena noticia? El noventa y uno por ciento dice que tiene sentimientos positivos acerca de ayudar a otras personas. ¿Las no muy buenas noticias? Más de la mitad admite sentir estrés. Como la mayor parte de las cosas en la vida, la planificación es de una gran ayuda en la preparación para las responsabilidades adicionales asociadas con la ayuda a un padre anciano. A continuación te presentamos cinco consejos para ayudar a tu familia a planificar financieramente para los años venideros.

1. Cree su propio plan financiero primero.
Revisa tu situación monetaria y haz los ajustes que sean necesarios. ¿Estás ahorrando lo suficiente para tu jubilación? ¿Planeas ayudar a tus hijos a pagar la universidad y, si es así, podrías costearlo? ¿Cuándo necesitarás reemplazar tu vehículo actual? Recuerda que, gracias al interés compuesto, cuanto más temprano empieces a ahorrar, más podrás ahorrar. Coloca $100 mensuales en una cuenta con un interés del uno por ciento comenzando a los 50 años de edad, y a los 65 años de edad tendrás $19,421 de ahorros antes de impuestos. Comienza a ahorrar ese mismo monto a la misma tasa de interés a los 40 años, y a los 65 años de edad tendrás 34,075 de ahorros antes de impuestos.

La responsabilidad con el presupuesto también puede ayudarte a lograr tus metas de ahorros. Si te gusta comer fuera, considera dejar de ir a un restaurante una vez al mes. Una cena para dos puede costar fácilmente alrededor de $100 por un aperitivo, las comidas, los postres, las bebidas y la propina. Eso representa $1,200 al año que podrían destinarse a artículos caros, aumentar los gastos del hogar, o contratar un servicio de jardinería para cortar el césped en el jardín de tu padre anciano.    

2. Hable con sus padres acerca de prepararse para el futuro.
Esta inversión de los papeles podría parecer extraña. Y para muchas familias el tema del dinero puede ser un tema emocional y personal. Trata de dejar a un lado esos sentimientos y de abordar el tema desde una perspectiva racional y afectuosa. La conversación puede resultar más productiva si la sostienes mucho antes de que alguno de tus padres se jubile o necesite cuidados adicionales. Las buenas preguntas para hacer incluyen:

  • ¿Cuáles son sus preferencias sobre el sitio en que viven en la medida en que envejecen? Cerca del 80 por ciento de las personas de más de 50 años de edad dicen que prefieren quedarse en su hogar actual, pero solo el 46 por ciento piensa que realmente podrán hacerlo.[2] El tamaño de la vivienda, que sea asequible y el nivel de atención médica necesaria son factores de importancia a considerar. La mejor alternativa dependerá de cada situación individual y puede incluir quedarse en el hogar actual con o sin asistencia, mudarse con un miembro de la familia, reducir el tamaño a una residencia más pequeña, mudarse a una comunidad de jubilación o realizar la transición a una vivienda asistida o a un hogar de ancianos.

  • ¿Cuánto dinero tendrán disponible para pagar por sus gastos de vida y de atención médica en la jubilación? Esto incluye tanto los ahorros para la jubilación como cualquier otro ingreso y beneficios adicionales que puedan recibir mensualmente de empleadores anteriores y/o del gobierno. Reunir toda esta información y compararla con un presupuesto anticipado les ayudará, tanto a ti como a tus padres, a evaluar de forma realista las opciones que pueden costear.

  • ¿Ellos desean o esperan tu ayuda, ya sea financiera o de cualquier otra índole? Para mantener una buena relación resulta importante comunicarse. Ambas partes deben ser honestas en cuanto a sus expectativas y límites. Si deseas ayudar, pero solo puedes aportar determinada cantidad, dilo claramente. Si tu madre o tu padre desean conservar el control de sus propias decisiones por el mayor tiempo que sea posible sin tu intervención, y tienen la capacidad para hacerlo, resulta importante que respetes sus deseos.

3. Solicite orientación profesional.
Un planificador financiero puede ayudar a tus padres a desarrollar un presupuesto mensual que les permita costear la situación de vida preferida. También puede hacer sugerencias para hacer que el dinero de tus padres tenga un mayor alcance para una jubilación más confortable, desde el refinanciamiento de una hipoteca para lograr facturas mensuales más bajas, hasta ajustar la forma en que reciben una pensión o beneficio de jubilación para obtener una mayor duración. Un representante de banca puede ayudarte a convertirte en cofirmante de las cuentas de tus padres de ser necesario, y un agente de seguro puede ayudarte a evaluar la necesidad de un seguro de atención a largo plazo. Por último, un abogado puede reunirse contigo y tus padres para hablar acerca de la planificación testamentaria o crear un testamento en vida.

4. Explore los recursos para ayudar a los adultos mayores con su cuidado.
Es posible que tus padres ya lo hayan hecho por sí mismos. Si no es así, puedes ayudarles a solicitar beneficios de jubilación, Medicare o del Seguro Social para los que sean elegibles. Si tus padres ya necesitan ayuda con sus actividades diarias y su cuidado, busca servicios como cuidado en el hogar y atención diurna para adultos, o habla con otros miembros de la familia que quizás puedan ayudar. Es importante que recuerdes que no necesitas proporcionar la ayuda tú solo.

5. Tengan un contacto anual para ver qué es lo que ha cambiado.
Comprendan que, aunque hagan un plan juntos, las cosas pueden cambiar. Visita a tus padres de vez en cuando para preguntarles acerca de su salud, las finanzas y los arreglos en cuanto a la vivienda. Si todo se mantiene igual, perfecto. Pero en caso de que un beneficio de jubilación haya sido reducido, o que el costo de sus medicamentos por receta haya aumentado, o que ellos piensen que necesitan más ayuda en su cuidado personal, puede ser que haya llegado el momento de hacer un nuevo plan.