Cuando piensa sobre la vida, puede parecer que tiene mucho tiempo para enfocarse en las metas de ahorro que desea alcanzar con el tiempo. Pero, a veces, la vida parece pasar en un abrir y cerrar de ojos, por lo que también es importante recordar divertirse con amigos y familiares. A veces, los dos sentimientos se contradicen, ¿cena en un popular restaurante nuevo ahora porque siente que la vida es corta o se queda en casa en la noche porque siente que tiene toda una vida por delante? Los economistas Richard Thaler y H.M. Shefrin[1] identificaron esta contradicción y reflexionaron sobre cómo se aplica a la toma de decisiones financieras y prácticas de ahorro. También ofrecieron algunas soluciones.
En términos generales, el mundo está compuesto de ejecutores a corto plazo y planificadores a largo plazo. Es posible planificar con antelación y aun así aprovechar el tiempo que tiene ahora al máximo, pero puede enfrentar desafíos al equilibrar las cosas que hace con las cosas que desea en el futuro. La tensión entre cómo vive la vida y cómo su cerebro planifica sus metas puede evitar que alcance sus expectativas, a menos que aprenda a equilibrar su enfoque.
El desafío es que su yo a corto plazo actúe de maneras que respalden sus planes a largo plazo. La buena noticia es que puede aprender a ser más eficaz en esto.
Tomó la decisión de ahorrar, entonces, ¡hágalo!
Un artículo escrito por Thaler y Shefrin explica cómo alinear su “hacer” y su “planificar”. Un método es simplemente decidirse a comenzar a ahorrar más dinero. ¡Puede parecer increíble, pero algunas personas realmente pueden comprometerse a hacerlo y lo hacen!
Sin embargo, la mayoría de las personas tienen que trabajar un poco más para convencerse a sí mismos. A algunas personas les ayuda aprender más sobre finanzas. Para otros resulta útil escribir sus metas o escribir cartas de sus yo futuros a sus yo presentes. Quizás tenga que probar todas estas técnicas, no importa. Haga lo que crea conveniente para que comience. Después, encuentre maneras que ayuden a equilibrar su vida. Por ejemplo, si puede planificar salir solo una noche a la semana, dígales a sus amigos que espera con ansias reunirse con ellos ese día, en vez de sentirse triste por quedarse en casa hoy.
Haga un seguimiento de sus gastos
Otro método es comenzar a hacer un seguimiento de sus gastos. Una antigua técnica simple para hacer presupuestos es escribir todo en lo que gasta dinero durante un mes en un cuaderno. Este consejo es básico, pero ayuda a muchas personas a ver en qué se les va el dinero. Hay varias formas de hacer un seguimiento de su dinero.
En términos académicos, Thaler y Shefrin se refieren a hacer un seguimiento como un impuesto que hace a la gente pensar dos veces sobre los hábitos que no son ideales. Estar atento a sus gastos puede ayudarle, a su vez, a hacer un presupuesto de ahorros, y ahorrar dinero para alcanzar metas incluye recompensas. Mientras hace un seguimiento de qué tan cerca se encuentra de tener suficiente dinero para unas divertidas vacaciones o el pago inicial para comprar una casa, estará inspirado a seguir.
Mejore los incentivos
Un último método implica encontrar una manera de modificar sus incentivos a fin de ayudar a equilibrar el divertirse ahora con el ahorrar para el futuro. En su artículo, Thaler y Shefrin utilizan el ejemplo de profesores de universidad que deciden presentar artículos en conferencias como una manera de imponerse fechas límite, inventando así un incentivo para terminar el trabajo. En el caso de sus finanzas, esto podría significar desafiar a su cónyuge para ver cuál de los dos puede ahorrar más dinero en un mes o turnarse para planificar salidas nocturnas de bajo costo con sus amigos.
Sus finanzas no tienen que ser tan contradictorias como en ocasiones puede ser la vida. Puede establecer algunas metas para cubrir sus necesidades de planificación a largo plazo y luego inventar maneras para que avanzar hacia sus metas forme parte de sus actividades a corto plazo. ¿Tiene en mente un gran siguiente paso cuando busca hacer un cambio?