Consejos para reducir la confusión

Los impredecibles mercados laborales y de inversiones pueden ser severos con la planificación para la jubilación. Además, complican la cuestión del monto del seguro de vida que le conviene.

Las fórmulas estándar, como adquirir una cobertura equivalente a 8 a 10 veces sus ingresos anuales, son atajos inadecuados. Las calculadoras en línea tienden a decirle que eleve su cobertura por $1 millón, incluso si ya tiene seguro. Lo cierto es que el seguro de vida es un asunto personal. Es posible que dos parejas perciban salarios iguales, pero las necesidades de una pareja con cuatro hijos pequeños serán distintas a las de una pareja sin hijos que no paga una hipoteca y tiene un fondo para la jubilación considerable.

La baja inflación y un mercado de valores en recuperación pueden tentarle a subestimar sus necesidades de seguro de vida. Sin embargo, las demás realidades financieras, como el bajo rendimiento de los beneficios de suma única reinvertidos, pueden requerir que adquiera una cobertura mayor, y no menor. Y probablemente experimente eventos de vida que requieran realizar cambios a su seguro: el matrimonio, la paternidad/maternidad, ser propietario de una casa, los gastos de la universidad y la jubilación. En lugar de confiar en reglas generales, considere emplear un enfoque sistemático para determinar el seguro de vida que necesita.

Para calcular el monto de cobertura que va a comprar y establecer un plan que sea fácil de actualizar, evalúe si necesita cobertura adicional o diferentes pólizas solo después de que haya proyectado sus necesidades sobre la base de la suma de las siguientes cuatro categorías:

1. Gastos finales. Un funeral, el entierro y los gastos relacionados pueden tener un costo de $10,000 a $20,000. Es posible que sus beneficiarios puedan recibir los ingresos libres de impuestos de su seguro más rápido en comparación a si esperan a recibir el dinero de su herencia. Utilice $15,000 como cifra aproximada.

2. Hipoteca y otras deudas. Calcule el total del balance de su hipoteca, préstamos de automóviles, préstamos estudiantiles y cualquier otra deuda que podría representar una carga pesada para quienes le sobrevivan. Quizás ellos decidan no dar de baja la hipoteca, especialmente si la tasa de interés es baja, pero el dinero debe estar disponible para que no se enfrenten a la posibilidad de verse obligados a vender.

3. Gastos de educación. Este cálculo es complicado debido a que debe tomar en cuenta cuál será el costo de la universidad al momento en que sus hijos se inscriban. Aunque nadie puede predecir cual podría ser el costo de la universidad en 5, 10 o 15 años, un incremento anual en el rango del 4 % al 7 % definitivamente concuerda con las tendencias históricas. Si suponemos (hipotéticamente) que los ingresos del seguro de vida aumentan aproximadamente al mismo ritmo, un método que puede emplear es investigar el costo actual de las universidades que podría tener en cuenta, aplicar una tasa del 5 % de inflación y decidir si querrá que el seguro cubra una parte o la totalidad de la factura, y agregar dicho monto en términos monetarios presente al cálculo del seguro que necesita.

4. Sustitución de ingresos. Una vez que estén cubiertos los gastos funerarios, deudas y educación, es probable que su familia no necesite sustituir la totalidad de sus ingresos, y es ahí donde la parte creativa del cálculo entra en juego. Considere cubrir el 50 % de sus ingresos actuales antes de impuestos hasta su jubilación. Puede convertir dicha cifra en un beneficio de suma global objetivo al dividir entre 0.05. Si gana $100,000, divida $50,000 entre 0.05, lo cual equivale a $1 millón. Esto supone que los beneficios de seguro devengarán un 5 % anual a largo plazo. Este es un ejemplo hipotético y no tiene la finalidad de reflejar el rendimiento real de ninguna inversión.

Sume las cuatro categorías para estimar qué monto de seguro de vida le conviene, luego ajuste la cifra para tomar en cuenta sus circunstancias personales. Podría aumentarla si no tiene una pensión, pero podría reducir su cobertura si su cónyuge percibe un salario considerable. Si usted o un familiar tienen un historial médico complicado, agregue $100,000 o inclusive $250,000. Si es usted quien tiene la condición médica, le será difícil adquirir cobertura adicional posteriormente a un precio que pueda pagar.

Para la mayoría de las familias, el cálculo realizado con este ejercicio dará como resultado un monto elevado de seis cifras, posiblemente alcanzando $1 millón o más. Sin embargo, en el caso del seguro a término, aumentar su beneficio por fallecimiento por cientos de miles de dólares debería costar tan solo unos cientos de dólares al año.

El factor tiempo

También, debe considerar cuántos años necesitará del seguro. Si se encuentra en buena condición física, puede comprar una nueva póliza y congelar el precio durante 20 años. Es posible que no tenga que pagar más para ampliar su cobertura si vuelve a comprar, digamos, en cinco años.

Algunas pólizas a término incluyen el derecho de convertir la póliza a un seguro de vida permanente, que puede conservar por el resto de su vida, independientemente de su estado de salud. En un inicio, las primas para seguros de vida permanentes serán más altas en comparación con los seguros a término, pero normalmente permanecen niveladas indefinidamente. El mejor motivo para considerar adquirir un seguro de vida universal o para toda la vida no es el valor acumulativo del dinero en efectivo, aunque eso sea parte del trato. El verdadero problema es si necesitará cobertura después de 20 o 30 años, o después de cumplir 65, cuando resulta caro tener un seguro a término. Quizás deba considerar un seguro permanente, por ejemplo, si necesita proteger a hijos que tengan necesidades especiales y que siempre dependan de usted (o de sus bienes) como apoyo, o si desea dejar dinero a una escuela, organización benéfica o a sus hijos y cree que de otra manera no podría pagarlo.

Es posible que necesite un monto mayor en su seguro de vida si ….

  • Se casa. Su nuevo cónyuge quizás depende de usted, inclusive si él o ella gana lo mismo o más que usted.
  • Tiene un hijo. Criar un hijo implica mucho dinero, y no va a ser más económico si usted no está.
  • Compra la casa de sus sueños. Cuando se establezca en el que será el hogar permanente de su familia, asegúrese de protegerlo para no perderlo en caso de que ocurra una tragedia.
  • Está a punto de jubilarse. Ya no habrá seguro por parte del trabajo. Si fallece, su cónyuge podría perder la pensión y parte de los ingresos provenientes del Seguro Social.

Término frente a permanente: Obtenga lo mejor de ambos

El seguro a término es popular porque es un seguro que casi todos pueden pagar. Algunas personas jóvenes adquieren el monto de un seguro permanente que se ajusta a su presupuesto, en vez de adquirir la protección que necesitan. Esa no es necesariamente la mejor decisión. Sin embargo, quizás tenga sentido combinar el seguro a término y el seguro permanente con varias pólizas, o bien, adquirir una póliza a término convertible y realizar varias conversiones con el paso de los años.

Este es un ejemplo[1] para un hombre de 27 años de edad en buen estado de salud. Supongamos que empieza a pagar $164 al año por una póliza a término convertible con una prima nivelada de $500,000 a 10 años (donde los costos de la prima no aumentan durante 10 años). Él también podría optar por una póliza nivelada a 15 años, una póliza nivelada a 20 años, una póliza nivelada a 25 años, y así sucesivamente.

En cualquier momento antes de llegar a la fecha de la última conversión (70 años, en el caso de este ejemplo), puede optar por convertir la totalidad o una parte de su cobertura de $500,000 a un plan permanente que ofrezca primas niveladas vitalicias, sin tener que someterse a un examen físico. Supongamos que a la edad de 31, él quiere convertir un monto de $100,000 a un seguro permanente. La prima anual sería de $580 sobre el monto de dicho seguro permanente.

Un beneficio que a menudo se pasa por alto con respecto a tener un seguro a término convertible es el derecho a cambiarse a una póliza permanente sin tener que someterse a un examen. Asegúrese de consultar cuándo es la última fecha de conversión posible, ya que si esa fecha pasa, no habrá otra oportunidad para realizar la conversión.

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