Los fondos cotizados en bolsa (Exchang Traded Funds, ETF) aparecieron en el panorama de inversión a principios de la década de 1990 y su popularidad se disparó desde mediados de la década de 2000. Son populares por varias razones, pero sobre todo por su versatilidad y comodidad.
Los ETF están diseñados para seguir distintos sectores o estrategias de inversión y pueden contener diversas inversiones, como acciones, bonos, equivalentes de dinero en efectivo o materias primas. Son una alternativa popular a los fondos mutuos, a pesar de las similitudes entre ambos vehículos de inversión.
ETF vs fondo mutuo: ¿Cuál es la diferencia?
A nivel básico, los ETF y los fondos mutuos actúan de manera muy parecida. Ambos están diseñados para permitir a un inversionista beneficiarse de la propiedad de múltiples valores como parte de una única inversión. Así, en lugar de poseer acciones de una sola compañía o valores, el inversionista compra acciones de un fondo que se compone de una cesta de diferentes inversiones. Poseer un conjunto diverso de inversiones minimiza el riesgo de estar sobreexpuesto a una acción o bono específico. Tanto los ETF como los fondos mutuos son muy líquidos, lo que significa que, por lo general, se pueden comprar y vender fácilmente.
Aunque el primer fondo cotizado en bolsa se lanzó hace 30 años, tradicionalmente la mayoría de las estrategias se centraban en invertir en cestas pasivas que seguían un índice de base amplia. Los ETF activos tardaron más en desarrollarse. Una importante resolución de la SEC en 2019 ayudó a reavivar el interés por los ETF activos. La regulación actualizada de la SEC permitía a los ETF gestionados activamente crear carteras personalizadas con potencial para superar al mercado como los fondos mutuos abiertos. Quizá lo más importante es que las nuevas normas ofrecen una vía más directa para que los ETF sean aprobados por los reguladores, lo que simplifica la creación y el lanzamiento de productos ETF.
Algunas ventajas de poseer ETF
Invertir en ETF puede tener muchas ventajas. A diferencia de los fondos mutuos, que solo pueden comerciarse al final de cada jornada bursátil, los ETF permiten a los inversionistas reaccionar a la actividad del mercado comprando o vendiendo acciones en tiempo real. Además del comercio intradía, los ETF son cada vez más atractivos para los inversionistas porque son:
- Transparentes: Las participaciones de un ETF se divulgan en tiempo real, lo que permite a los inversionistas tomar decisiones más informadas sobre su rendimiento potencial. Muchos fondos mutuos solo publican sus participaciones de forma mensual o trimestral.
- Son eficientes fiscalmente: Las ganancias de capital en un ETF se limitan generalmente al momento en que se liquida la inversión, a diferencia de un fondo mutuo, que traslada el coste de comercialización de las inversiones subyacentes en el fondo a las ganancias sujetas a impuestos.
- Rentables: Los ETF suelen tener cargos más bajos que los fondos mutuos debido a su estructura.
Como resultado, los ETF activos han experimentado un crecimiento meteórico en Estados Unidos y actualmente representan más de 8 billones de dólares en activos gestionados (AUM). Desde que se lanzaron los ETF activos, su popularidad ha crecido rápidamente, tanto desde el punto de vista del lanzamiento como de los flujos de fondos. Desde 2021, más del 60 % de los ETF lanzados han sido activos. Los flujos de ETF activos siguen superando significativamente a los flujos generales de ETF en porcentaje de activos gestionados.
Posibles desventajas de los ETF
A pesar de sus ventajas, también hay que tener en cuenta ciertas consideraciones a la hora de explorar la inversión en ETF. Aunque los ETF ofrecen la flexibilidad de comerciar intradía, pueden estar sujetos a diferenciales desventajosos, es decir, la diferencia en el precio de compra y venta de una acción del fondo. Es diferente de un fondo mutuo, que siempre cotizará según el valor de activo neto de las acciones comerciadas.
Además, algunos ETF pueden ser difíciles de comerciar, dependiendo de las inversiones subyacentes en el fondo y de cualquier actividad de mercado existente.
Finalmente, invertir en un ETF no significa que tenga que abandonar los fondos mutuos. Puede utilizar ambos como alternativas eficaces a la inversión directa en acciones o bonos individuales, y ambos pueden tener cabida en una cartera exitosa.
Ya sea que invierta en fondos mutuos o en ETF, a menudo los resultados más favorables resultan de combinar estrategias de inversión activas y pasivas en sus carteras. Esto se debe a que las estrategias activas han sido más beneficiosas para los inversionistas en determinadas coyunturas de inversión, mientras que las estrategias pasivas han sido más rentables en otras. Un asesor financiero puede ayudarle a determinar una asignación y selección de inversiones adecuadas a sus metas.
Precio por rendimiento
No cabe duda de que los ETF gestionados activamente son una fuerza creciente en el ámbito de la inversión, especialmente en el periodo posterior a la pandemia. Al desacelerarse el crecimiento del mercado de valores durante la pandemia, muchos inversionistas optaron por pasarse al versátil estilo de negociación intradía de un ETF. Además, la oportunidad de contar con un administrador de inversiones preparado para reaccionar ante la volatilidad del mercado y las tensiones inflacionistas de los últimos años ha contribuido al repunte de la propiedad de ETF activos.
La elección de un ETF gestionado de forma activa o pasiva, o incluso la decisión de invertir en un ETF, dependerá de sus metas generales de inversión:
- Los ETFs pasivos invierten de acuerdo con el índice o materia prima que pretenden seguir, lo que permite obtener rendimientos más predecibles.
- Es probable que los ETF activos ofrezcan una mayor oportunidad de superar al mercado, ya que el administrador del fondo realiza ajustes en función de la actividad del mercado. Pero usted tendrá que pagar por ese potencial mediante cargos administrativos más altos.
Los ETF son cada vez más populares y ofrecen comodidad y la posibilidad de superar al mercado. Si un ETF se ajusta a su estrategia de inversión individual, tener una conversación con su asesor financiero puede ayudarle a determinar si su tolerancia al riesgo, su preferencia por los cargos y sus metas de rendimiento se pueden lograr de una mejor manera a través de un fondo gestionado de forma pasiva o activa.