Es una estafa muy conocida, suficientemente familiar en los Estados Unidos para considerarla una referencia cultural: El príncipe tiene un favor que pedir.

Una persona que dice ser de la realeza se pone en contacto por mensaje de texto, correo electrónico o carta para pedir ayuda para sacar dinero de su país de origen. La estafa consiste en ofrecer a la víctima potencial una gran parte de ese dinero a cambio de su ayuda. Lo único que necesitan es que usted les envíe un pago por adelantado, que el estafador dice que es necesario para acceder a sus fondos. Luego, desaparecen.  

A medida que las personas se fueron percatando de este método habitual de estafa, el director de fraude empresarial de PNC, Mark Kwapiszeski, afirma que los estafadores han ido más allá de este método y se han adentrado en un territorio más sofisticado y personal, y con un volumen mayor. De hecho, los últimos datos de la Comisión Federal de Comercio muestran que los consumidores perdieron más de $6,000 millones por estafas de inversión e impostores en 2022. Se trata de una tendencia que continuará en 2023, afirma.

“Definitivamente, las estafas seguirán aumentando en 2023, y serán más sofisticadas, ya que muchas adoptarán un enfoque basado en el miedo”, dijo Kwapiszeski.

La creatividad de los estafadores ha hecho que cada vez más personas sean víctimas de esquemas bien elaborados. Sin embargo, aunque cabe esperar que las estafas basadas en el miedo sigan aumentando, los consumidores siguen disponiendo de todas las herramientas eficaces que necesitan para protegerse.

“Hay formas fáciles de combatir las estafas financieras, ya sean basadas en el miedo o de otro tipo”, afirmó. “Los enfoques evolucionan constantemente, pero hay formas sencillas de resolverlos”.

¿Qué es una estafa?

Según Kwapiszeski, hay diferencias entre las estafas y otros tipos de fraude. Comprender las estrategias que utilizan los estafadores le permitirá, como consumidor, evitar caer en sus trucos. Por ejemplo, una apropiación de la cuenta es un tipo específico de fraude en el que alguien se infiltra en una cuenta y obtiene acceso a ese dinero para poder realizar transacciones no autorizadas. Solo se consideraría estafa si le engañaran para que facilitara los datos de su cuenta a alguien que luego los utilizara indebidamente para apoderarse de ella. Otra diferencia puede ser que sea el propio consumidor quien mueva el dinero.

“En una estafa, la persona objetivo (normalmente el titular real de la cuenta) es quien realiza las transacciones”, explica Kwapiszeski. “El estafador, utilizando una variedad de tácticas que incluyen el miedo, la suplantación de la identidad de un empleado bancario, a través de la vulneración del correo electrónico de la empresa, el beneficio personal u otras estrategias, convence a la persona objetivo para que cometa un error y autorice las transacciones. En este caso, la persona correcta está haciendo las transacciones, pero es posible que no se dé cuenta de que está siendo víctima de una persona que intenta robarle su dinero”.

Las tácticas de estafa modernas siguen recurriendo en gran medida a estrategias de ingeniería social centradas en crear una sensación de urgencia y, a menudo, presentan situaciones que resultan familiares a los consumidores. No es difícil recabar información sobre el trabajo, la ubicación, los intereses y otros aspectos de la vida de una persona, sobre todo con la presencia de las redes sociales.

La tendencia de segmentación del mercado

La segmentación del mercado es una táctica utilizada por una compañía de marketing para identificar a determinados clientes por segmentos geográficos, de comportamiento, demográficos y de otro tipo. A partir de esta información, se pueden presentar a esos consumidores determinados productos que pueden resultarles atractivos a través de medios en línea u otros canales de publicidad. 

Los estafadores han adoptado un enfoque propio similar, vendiendo información personal a otros estafadores, segmentándolos y compartiendo métodos sobre las estafas que pueden funcionar con cada grupo de consumidores. Es importante comprender que estas tácticas detrás de escena existen, afirma Kwapiszeski, y es por eso que una historia presentada por un estafador puede parecer extremadamente real.

Por ejemplo, un estafador puede averiguar dónde realiza sus operaciones bancarias basándose en sus publicaciones en las redes sociales. Podrían hacerse pasar por una compañía de tecnología y decir que su computadora y su cuenta bancaria han sido vulneradas. El “banco” se pondrá en contacto con usted y colaborará con usted para pagar a la “compañía de tecnología” el dinero adeudado para solucionar el problema. Para agregar una capa de legitimidad, el estafador podría incluso crear un sitio web bancario falso en caso de que el consumidor tenga sospechas sobre la interacción. 

“Debido a estas tácticas organizadas, los consumidores deben tener siempre un sentimiento de sospecha cuando reciban este tipo de llamadas. Aunque la llamada parezca urgente, tenga siempre presentes estas posibilidades y tome las medidas adecuadas para evitar convertirse en víctima”, afirma Kwapiszeski.

Los pasos correctos y el cambio de canal

Las instituciones financieras colaboran en la lucha contra las estafas. Kwapiszeski lo llama un enfoque de “deporte de equipo”, que continuará en 2023.

“Al mismo tiempo que los estafadores comparten información ilegalmente, estamos trabajando para compartir información sobre cómo prevenir los ataques y qué métodos pueden ayudar a mantener a salvo a los consumidores”, afirmó. “No estamos haciendo esto solos, y eso no cambiará”.

Aunque la evolución de las estafas sigue implicando capas de sofisticación e intercambio de información, los pasos que pueden dar los consumidores empiezan por una solución fácil de seguir: cambio de canal.

“Si en algún momento una compañía se pone en contacto con usted para pedirle información personal o solicitarle que realice una transacción, lo mejor que puede hacer es poner fin a esa línea de comunicación e iniciar una nueva”, afirma Kwapiszeski. “Si los estafadores se ponen en contacto con usted por teléfono, lo más probable es que hayan falsificado el número desde el que llaman. Eso significa que falsifican la información transmitida a la pantalla de su identificador de llamadas, lo que hace que el número parezca más creíble. Si es un correo electrónico, no responda. En cualquier caso, llame directamente a su banco al número impreso en su tarjeta de débito o crédito, o al que aparece en la aplicación móvil de su banco, para confirmar si la solicitud era legítima. Es importante que usted inicie la comunicación cuando se trate de la información de su cuenta bancaria”.

Para obtener más información sobre otros consejos útiles para tener en cuenta a la hora de protegerse contra una posible estafa, consulte el Centro de Actualización de PNC.  Además, haga clic aquí para obtener consejos útiles sobre cómo evitar la ingeniería social. Haga clic aquí para obtener más información sobre los tipos de estafas más comunes.