Aunque la aviación ejecutiva ha sido una industria activa desde hace décadas, la pandemia de COVID-19 aumentó en gran medida el atractivo de ser propietario de una aeronave privada, dado que los desafíos que enfrentan los viajes comerciales dificultaron la capacidad que las compañías tienen para hacer negocios en ubicaciones remotas.

Como resultado, muchas compañías han recurrido a la aviación ejecutiva para satisfacer las complejas necesidades de viaje, mejorar la eficiencia, la productividad, la seguridad y la protección del personal clave y seguir siendo ágiles y competitivas en un entorno poco convencional. El impacto es claro, ya que las compañías pertenecientes al índice S&P que utilizan la aviación ejecutiva superan en un 70 % a las que no la utilizan.1

Lidiar con el bajo inventario

Considerando el dinamismo del mercado de aviación ejecutiva en los últimos años, el inventario de aeronaves privadas es limitado actualmente, en particular para determinados tamaños de cabina que tienen demanda. El inventario de aeronaves de menor antigüedad (es decir, los jets usados que fueron fabricados hace menos de cinco años) sigue siendo consistentemente bajo. Cuando hay disponibilidad de dichos jets, salen del mercado con mucha rapidez. Dado que es más difícil conseguir aeronaves de menor antigüedad, la mayor parte del inventario disponible en su mayoría son modelos con seis años o más de antigüedad. Aunque siguen estando en condiciones de volar, muchos de estos modelos más antiguos con frecuencia requieren costos de mantenimiento más altos y otros costos operativos.

Las aeronaves nuevas tienen una alta demanda y los retrasos de las entregas de pedidos se han prolongado a 2026 en el caso de algunos fabricantes. Dicho retraso se deriva del interés por los equipos nuevos, aunado a los problemas de la cadena de suministro y la disponibilidad limitada de trabajadores cualificados en el proceso de ensamblaje. Además, la certificación del tan esperado G700 se ha retrasado debido a la falta de aprobación de parte de la FAA. Considerando estas circunstancias, los propietarios actuales de jets ejecutivos probablemente conservarán sus unidades existentes hasta que haya disponible un nuevo modelo, lo que contribuye al ciclo de bajo inventario general de aeronaves disponibles para compra.  

El cálculo detrás de la inversión en una aeronave privada

Incluso en un periodo en el que el inventario es bajo, buscar ser dueño de una aeronave privada aún puede valer la pena para muchas empresas, dependiendo de sus necesidades particulares. Una parte de la ecuación se reduce a la inversión prevista requerida en la frecuencia de viaje, según Ramy Sidhom, jefe de Financiamiento para aviación de PNC. “Para muchas compañías y personas, las horas previstas de uso anual son de 125 a 150 horas para considerar seriamente adquirir una aeronave para sustituir las opciones de alquiler de aeronaves, vuelos fraccionados o vuelos comerciales.  Los beneficios de accesibilidad, conveniencia y costos de propiedad se vuelven más atractivos en este “punto óptimo” de uso.

En términos de qué aeronave se debe evaluar, Sidhom señaló que los destinos de viaje son un factor crucial. Las aeronaves comerciales atienden a casi 500 aeropuertos en todo el país, mientras que las aeronaves privadas pueden acceder a más de 5,000 aeropuertos, lo que aumenta drásticamente la accesibilidad y la eficiencia en cuestiones de negocios. “No solo se trata de la frecuencia con la que vuela, sino de cuáles son sus destinos, por ejemplo, de costa a costa, regionales, etc. Dicha consideración determinará el tipo de aeronave que puede ser más apta para las necesidades de su compañía”.

Es importante tener en cuenta la gama completa de costos relacionados con ser propietario de un jet privado, aparte del desembolso inicial. “Ser propietario de un jet implica varios costos. Además de la compra del avión, existen costos de compra iniciales, como los honorarios de un corredor o abogado, así como cualquier inspección previa. Una vez realizado el cierre de la compra, los compradores pueden esperar varios costos fijos y variables. Los costos fijos incluyen el seguro, los programas de mantenimiento de los motores, los costos del hangar, los salarios de la tripulación y la depreciación. Los costos variables incluyen el combustible, el mantenimiento y las tasas por aterrizaje, los cuales son costos que varían en función del uso y los precios del mercado. Muchos de estos costos se pueden consolidar al contratar una compañía de administración”.

Sidhom añadió que también existen ciertas ideas equivocadas con respecto a ser propietario de un jet, en particular en lo referente al alquiler. Por ejemplo, un propietario no debe esperar que el hecho de alquilar su avión compensará los costos del mismo o que incluso le generará ingresos. Desde hace mucho tiempo el desempeño sólido en el mercado de alquiler se ha considerado como una plataforma de lanzamiento para convertirse en propietario, aunque existen ciertos costos imprevistos asociados, que incluyen los costos de mantenimiento más elevados. A medida que el entorno del alquiler continúa teniendo una alta demanda, se espera que el número de nuevos propietarios o de la propiedad incremental de aeronaves ejecutivas también aumente.

Aunque buscar ser propietario de un jet privado puede parecer un proceso complejo y abrumador, los profesionales con experiencia, como los de Financiamiento para aviación de PNC, pueden ofrecer una orientación importante. “Comprar un jet aporta numerosos beneficios en cuanto a la conveniencia, la seguridad y la productividad. La investigación meditada y la diligencia debida, al igual que la asociación con profesionales de la industria, ayudan a asegurar la toma de decisiones debidamente informadas.

Listos para ayudar

Descubra cómo Financiamiento para aviación de PNC ayuda a hacer de la propiedad de una aeronave privada una realidad. Comuníquese con su gerente de relaciones o contáctenos.

Fuente:

1. Mayor productividad: Sin avión no hay recompensa