La propiedad de aeronaves privadas puede a menudo invocar imágenes de personas ricas y famosas que van a lugares exóticos de todo el mundo. En realidad, la compra de una aeronave privada puede ahorrar dinero y ofrecer mejores oportunidades para las corporaciones y negocios de la personas de patrimonio elevado.

Las personas de patrimonio elevado y los ejecutivos corporativos quieren ahorrar tiempo y viajar rápidamente para hacer negocios.

La propiedad de aeronaves privadas y corporativas puede tener un impacto positivo al permitir a los ejecutivos establecer sus propios horarios y hacer crecer su negocio sin estar a merced de las aerolíneas comerciales. Esta ventaja puede ahorrar dinero y podría potencialmente compensar el costo de la aeronave privada en términos de ahorro de costos, la capacidad de generar negocios adicionales y mejores oportunidades de viaje.

En lugar de considerar la propiedad de una aeronave privada simplemente como un gasto, en la situación adecuada, podría en realidad proporcionar una ventaja competitiva.

Acceso a lugares desatendidos o remotos

La posibilidad de acceder a lugares que están “fuera de las rutas habituales” y que no cuentan con un servicio adecuado de aerolíneas comerciales regulares puede ser una ventaja fundamental de utilizar aeronaves privadas. Si tu compañía hace negocios en estos tipos de ubicaciones, utilizar un avión privado puede ahorrarte el tiempo que pierdes en los aeropuertos o al cambiar de vuelos y alquilar un automóvil para conducir a tu destino final. [1]

Si se tiene la limitación de los horarios comerciales, puede ser difícil justificar la visita frecuente a clientes potenciales, clientes o ubicaciones de la compañía en dichas zonas. Esto puede tener un impacto negativo en tu negocio y afectar las oportunidades de crecimiento potenciales.

Privacidad y productividad

En una aeronave privada, los negocios pueden continuar sin la presencia de extraños en el asiento de al lado. Esto atrae a los individuos de patrimonio elevado, que tienen preocupaciones de privacidad y seguridad que no pueden garantizarse en vuelos comerciales y en aeropuertos muy concurridos.

En algunas situaciones de negocios, los ejecutivos quieren garantizar su privacidad si van a viajar a una reunión de negocios reservada que implique una transacción confidencial, por ejemplo, una adquisición u oportunidad potencial con un nuevo cliente potencial.[2]

Una aeronave privada ofrece un entorno propicio para el trabajo, la realización de reuniones con otros empleados o socios comerciales que también se encuentran en el vuelo o la realización de transacciones comerciales por teléfono durante el vuelo. Esta productividad adicional puede ser invaluable, ya que la preparación puede aumentar las posibilidades de éxito en cualquier situación de negocios.

Para los ejecutivos de negocios, el costo del vuelo y los gastos relacionados con el mantenimiento de la aeronave pueden ser más que compensados por la conveniencia de poder volar a una reunión en su propio horario. A veces, simplemente aparecer puede ser lo que se necesita para conseguir un nuevo cliente.

Ventajas y problemas fiscales

La compra de una aeronave privada puede ofrecer ventajas fiscales, pero esta adquisición puede ser más compleja que la compra de un equipo de capital o de bienes raíces.

Un asunto clave es la posibilidad de justificar el hecho de que un avión privado es un gasto empresarial ordinario y necesario y no solo una compra realizada por cuestiones de lujo o comodidad.[3]

Si se puede argumentar que los negocios se realizan normalmente en lugares que tienen un servicio comercial limitado o inexistente, una aeronave privada es más fácil de justificar. También puede ser aplicable si el viaje se produce a menudo de improviso o en momentos irregulares.

El uso de una aeronave privada para atender las preocupaciones legítimas de privacidad y seguridad de los ejecutivos y empleados puede ser otra justificación.

Puede haber una serie de impuestos, como los posibles impuestos sobre las ventas y el uso, asociados a la propiedad de aeronaves privadas, uno de los cuales es la forma de propiedad de la aeronave. La propiedad por parte de una entidad separada que no sea la empresa principal de explotación puede tener implicaciones fiscales.

Antes de comprar un avión privado, es prudente que tus asesores fiscales y legales realicen una revisión meticulosa en términos de la mejor estructura de propiedad y el uso previsto para asegurar el mejor resultado fiscal posible.[3]

Además, hay normas específicas en cuanto a la separación del uso personal y para negocios de la aeronave. Esto puede extenderse al uso personal como un beneficio para los empleados e incluso en el caso de un cónyuge que vuele en un avión ejecutivo sin un propósito comercial.

Es importante establecer normas de uso y rendir cuentas de los viajes mediante un proceso coherente que cumpla los requerimientos de presentación de informes tanto internos como externos.

La conservación diligente de registros de uso y el motivo por el que cada uno de los pasajeros aborda cada uno de los vuelos tienen una importancia fundamental.[4]

Si se estructura y utiliza adecuadamente, el costo de la propiedad de aeronaves privadas puede compensarse parcialmente con beneficios fiscales que pueden reducir el costo de la propiedad.

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