La pandemia de COVID-19 generó niveles nunca antes vistos de interrupción en la cadena de suministro global, lo que creó desafíos importantes para las empresas de todos los tamaños y sectores. Al enfrentar una incertidumbre creciente, una suposición optimista para muchos era que, a medida que la pandemia disminuyera, las restricciones se eliminarían y el flujo de bienes y servicios regresaría a su nivel anterior. Las cosas volverían una vez más a la normalidad.

La realidad actual ha resultado ser un tanto distinta. Incluso a medida que la pandemia ha comenzado a perder fuerza, persisten muchos desafíos en la cadena de suministro. La COVID-19 en sí sigue siendo un factor, pues los cierres continúan en todas las zonas de China. Además, la incertidumbre relacionada con el conflicto en Ucrania, el temor de las interrupciones en el suministro de gas y los consecuentes aumentos del precio de los combustibles, así como el mayor costo de los bienes y del transporte debido a la inflación, también contribuyen a la volatilidad del mercado. Incluso a medida que empieza a haber una mayor disponibilidad de algunas materias primas en la cadena de suministro, su mayor costo está afectando considerablemente los balances generales de los compradores. 

Manejo del entorno cambiante

Con el tiempo, las cadenas de suministro globales han evolucionado para operar con un alto nivel de confiabilidad, al menor costo posible, en un entorno de estado estable. Últimamente, las cadenas de suministro han demostrado ser costosas y poco confiables, lo que principalmente se debe a que las condiciones han sido todo menos estables.

Hoy el panorama es diferente, lo cual puede ser complicado para las compañías que surgieron en una era de globalización con la expectativa de una interconexión internacional sostenida. La clave está en adoptar un cambio de paradigma, según George Hoffman, un gerente asesor de productos de Administración de Tesorería de PNC.

“No podemos esperar que estos desafíos se solucionen por sí mismos en los próximos seis meses”, dijo Hoffman. “Tenemos que aceptar que esto es lo que estamos enfrentando a futuro y debemos empezar a reinventar los modelos de negocios y las estrategias de abastecimiento a través de una perspectiva a largo plazo”.

Ante las tensiones geopolíticas y los crecientes costos del transporte, una solución aparentemente sencilla para eludir las complejidades de la cadena de suministro internacional podría ser trasladar las cosas a una ubicación más cercana. Para tal fin, muchas organizaciones con sede en Estados Unidos han comenzado a explorar la repatriación de operaciones a los Estados Unidos o su traslado a ubicaciones cercanas en países vecinos, como México y Canadá. Sin embargo, esta estrategia tiene desventajas debido a la tensión que el actual nivel de demanda de dicho cambio ha ejercido en los recursos, la infraestructura y la experiencia disponibles, así como el compromiso de tiempo considerable que implica el establecimiento de dichas operaciones. Este enfoque también puede generar limitaciones para las compañías con sede en Estados Unidos que producen y venden bienes en mercados extranjeros de forma local, ya que estas empresas incurrirían los costos de envío y transporte cada vez más altos que se relacionan con el traslado de las operaciones al extranjero. 

Proveedores y socios diversificados 

Al final, un enfoque más seguro quizás tenga que ver menos con reducir la dependencia de ubicaciones geográficas específicas que con establecer una base de proveedores diversificada y no correlacionada que pueda continuar satisfaciendo las necesidades independientemente de la interrupción a nivel regional. Este enfoque de largo plazo comienza al investigar la resiliencia de la base de proveedores para diversificarla en consecuencia.

Es importante que las empresas den un vistazo de cerca a sus proveedores para identificar posibles opciones nuevas, dijo Hoffman.

“Las compañías deben evaluar su modelo actual y plantearse las siguientes preguntas: ¿Este es un proveedor estratégico para nosotros? ¿Tenemos contingencias? ¿Hemos diversificado nuestra base de proveedores lo suficiente para estar preparados para la siguiente escasez? Ya que sabemos que la escasez y las interrupciones seguirán ocurriendo, sin importar cuáles sean los factores particulares que las detonen”.  

Aprovechamiento de la experiencia organizacional

A medida que las compañías evalúan sus proveedores, las contingencias y los modelos de negocio, es importante que dicha evaluación se realice de forma estratégica en toda la organización. En el caso de muchas compañías, las decisiones relacionadas con los vendedores o proveedores históricamente han sido la responsabilidad de departamentos segmentados que manejan la cadena de suministro o la logística. Sin embargo, la supervisión a nivel de la tesorería o la dirección financiera puede ser necesaria para proteger el balance general de la compañía, pues hay factores adicionales a la escasez del suministro que contribuyen a la inestabilidad del mercado.

“Las compañías tienen que emplear un enfoque integrado con respecto a estos asuntos complejos para generar el mejor impacto posible en su posición de caja”, dijo Hoffman. “Además de reconsiderar quienes deben ser tus proveedores, también hay consideraciones como la administración del riesgo general en un entorno volátil, la renegociación de los contratos para obtener mejores plazos de pago y el análisis del financiamiento de la cadena de suministro como una forma de ayudar a mantener los proveedores a flote. Estas cosas en su conjunto pueden tener un impacto financiero real en la compañía, por lo que es importante analizarlas desde un punto de vista integral”.

Soluciones a corto plazo 

Incluso al mirar al futuro a largo plazo, hay medidas que las empresas pueden tomar para manejar de inmediato los desafíos de la cadena de suministro. Negociar plazos de pago más prolongados con los proveedores o los compradores es fundamental cuando aumentan los retrasos y los costos de envío. Las empresas sujetas a la exposición de divisas pueden considerar adquirir cobertura para el riesgo cambiario. Cuando hay un riesgo de pago o de alteración política, las cartas de crédito pueden incentivar el envío oportuno, así como ayudar a garantizar el pago. También pueden facilitar el flujo de caja al ofrecer plazos de pago favorables tanto para el comprador como para el vendedor. 

Listos para ayudar 

PNC puede trabajar contigo para desarrollar estrategias para ayudarte a gestionar los problemas relacionados con la interrupción de la cadena de suministro y la volatilidad del mercado. Para obtener más información, póngase en contacto con su gerente de relaciones de PNC o haga clic aquí para contactarnos.