Transcripción

Amanda Agati:  

No es necesario seguir preguntando, “¿Ya se terminó?” porque, así como si nada, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, puso fin al cruel verano del mercado en el que se quería tener claridad en cuanto a las reducciones de las tasas de interés con su discurso de Jackson Hole. Pero sabemos muy bien que esa no es la historia completa.

Los últimos dos meses han sido complicados para los inversionistas, entre la rotación del capital hacia las acciones de alta capitalización y la breve pero extrema venta masiva de valores del mercado global.

En esta edición de “#AddingAlpha”, ponemos en contexto las perspectivas de las próximas reducciones de las tasas y hablamos de lo que esto significa para los mercados. Aunque todavía no hemos pasado el tercer trimestre de este año, una vez que volvamos a diciembre, creemos que el 2024 podría ser una historia de dos semestres.

Durante el primer semestre del año, las compañías de tecnología de megacapitalización llevaron el rendimiento de los mercados accionarios a nuevos niveles elevados mientras los inversionistas estaban a la espera del próximo movimiento de la Fed. Luego llegó el informe del CPI del 11 de julio, el cual no solo fue más débil de lo esperado por el consenso, sino que además disminuyó en términos intermensuales por primera vez desde mayo de 2020.

Esta simple indicación de una inflación más baja detonó la habitual fiebre del oro, pues los inversionistas creen que por fin hubo suficiente apoyo de parte de la Fed para comenzar a reducir las tasas de interés tan pronto como en septiembre. Las acciones de alta capitalización tuvieron una venta masiva a favor de las compañías más pequeñas y más orientadas al valor y que, verdaderamente, se vieron desfavorecidas durante años en medio del entorno de inflación y tasas de interés elevadas.

La confusión del mercado en cuanto a las acciones de media capitalización duró poco más de una quincena, cuando el débil informe de fabricación del ISM del 1ro de agosto, seguido por un informe de empleo más moderado el 02 de agosto, sembró dudas en el escenario económico favorable, lo que en realidad, hasta ese momento, parecía mucho más probable que improbable.

El inesperado ajuste de la política por parte del Banco de Japón solo provocó que la presión del mercado aumentara. Los inversionistas se enfurecieron mientras se producía una venta masiva de valores en el mercado financiero global.

Hasta este punto, el mercado normalmente se olvidaría del asunto. En lugar de ello, la anterior narrativa que afirma que las malas noticias son buenas noticias para la economía pronto pasó a afirmar que las malas noticias son malas noticias, a medida que aumentó la preocupación de que la economía se estaba deteriorando más rápido de lo esperado y que las reducciones de las tasas podrían resultar de una recesión. Sin embargo, el repunte negativo al riesgo se redujo casi tan rápido como se materializó cuando los inversionistas se percataron de que los datos económicos más recientes básicamente no presentaban nada nuevo.

Los diferenciales de crédito y los niveles del índice bursátil se han recuperado desde entonces. La inversión de rendimiento de los bonos del Tesoro a dos y diez años se ha reducido considerablemente. Y no es de sorprender que los mercados de futuros están fijando precios con reducciones de tasas significativas a futuro. Los mercados ahora observan probabilidades de 50-50 ya sea para una reducción de 25 o 50 puntos base en septiembre, y tres reducciones adicionales de 25 puntos base antes de que termine el año.

El mercado quiere lo que el mercado quiere, y como de costumbre, desea la adrenalina de la adaptación de la política, a pesar de que el presidente Powell ha comunicado el mismo mensaje en repetidas ocasiones a los inversionistas: “Es necesario que se calmen”.

Queda claro, con base en los puntos de los datos recientes, que los mercados laborales han comenzado a desacelerase, aunque no se descarta cierta debilitación económica, considerando los retrasos prolongados y variables de las acciones de la política por parte de la Fed. Las estadísticas laborales más débiles fueron el enfoque principal de los comentarios del presidente Powell en Jackson Hole, cuando dio a conocer su más ferviente apoyo a las reducciones de las tasas desde que la pausa de la Fed comenzó hace más de un año.

Considerando que tanto la inflación como los mercados laborales por fin están regresando a los niveles normales que tenían antes de la pandemia, creemos que las tendencias recientes han facilitado el camino para una reducción de 25 puntos base en septiembre. Aunque usted no lo crea, las expectativas de crecimiento de ganancias del índice S&P 500 siguen rondando el 11 % para el 2024 y el 15 % para el 2025. Aunque en este punto del ciclo las reducciones de las tasas de interés son muy bien recibidas, las condiciones financieras ya se han estado flexibilizando desde el giro que Powell dio en octubre pasado.

En nuestra opinión, esto sugiere que los efectos de la flexibilización de la política pueden ser un tanto más débiles de lo que los inversionistas esperaban para las acciones con precios fijados para la perfección. No necesariamente se trata del fin del Eras Tour en sí, sino que es el comienzo del ciclo de flexibilización de la Fed, y probablemente el camino por recorrer para terminar el año será agitado.