Transcripción

Amanda Agati:  

Hola, amigos. Resulta difícil creer que ya es momento para la edición de marzo de Adding Alpha, pero aquí estamos. En esta ocasión, reflexionemos sobre la situación de los mercados dos meses después del inicio del año y evaluemos lo que está por venir.

Apenas han pasado unos 60 días desde el inicio del año, por lo que muchas cosas pueden cambiar. Sin embargo, por ahora, el cambio de calendario ha dado lugar a temas significativamente distintos para los inversionistas en comparación con años anteriores.

Para empezar, finalmente se está observado cierta expansión en la amplitud del mercado nuevamente. Si bien terminamos el 2024 con un mínimo de 12 meses de apenas un 55 %, la amplitud está volviendo a aumentar al rango del 60 al 65 %. La versión de igual ponderación del índice S&P 500 también está marchando al mismo ritmo que su equivalente ponderado de capitalización de mercado.

Desde la perspectiva del análisis técnico, esto sugiere que los indicadores internos del mercado son positivos y se están fortaleciendo, lo que debería contribuir a respaldar a los mercados en los niveles actuales de valuación. Aunque se observa una mayor participación de mercado por parte de sectores e industrias adicionales a las siete magníficas, es demasiado pronto para afirmar que se ha producido una rotación completa en este momento, ya que el mercado sigue estando liderado por las exposiciones a acciones de alta capitalización y aquellas orientadas al crecimiento de calidad.

Las acciones internacionales están presentando un rendimiento superior en lo que va del año, pero, ¿acaso dicho rendimiento es verdaderamente sostenible? Esto se debe a que, en cuatro de los últimos cinco años, las acciones internacionales han superado el rendimiento de las acciones nacionales al inicio del año, solo para luego perder impulso rápidamente. El año 2022 fue la excepción a esta regla. En lo que va de 2025, los principales impulsores parecen ser la recuperación y el repunte de rescate tras la abrupta venta masiva del cuarto trimestre, impulsados por la esperanza de: 1) la implementación de políticas arancelarias menos agresivas, 2) el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania y 3) las recientes elecciones gubernamentales en Alemania, que podrían propiciar una reaceleración del crecimiento económico tanto en Alemania como en la eurozona.

Mientras tanto, la teoría se pone a prueba con los resultados de ganancias de los mercados desarrollados internacionales, que han quedado por debajo de las expectativas para el cuarto trimestre. Además, las revisiones para el primer trimestre han caído a territorio negativo, con una reducción del -4.6 %. Hasta el momento, 2025 no parece seguir el mismo patrón que 2022 para la renta variable de los mercados internacionales desarrollados, por lo que los inversionistas deben actuar con cautela.

Pasemos al tema del techo de deuda por un momento. En épocas “normales”, los inversionistas estarían preocupados por el drama del techo de deuda que ocurrió a finales de diciembre y principios de enero, especialmente considerando que estamos a punto de enfrentarlo nuevamente a mediados de marzo. Dicha preocupación normalmente se presenta en la forma de una mayor volatilidad del mercado, aunque en realidad no se ha presentado hasta este momento. El promedio a 20 años del VIX es de 19 (actualmente ronda los 15) y el índice MOVE tiene un promedio a 20 años de 85 (actualmente ronda los 96 y está descendiendo). La diferencia en esta ocasión es el impulso de liquidez de $800 mil millones proveniente de las “medidas extraordinarias” del Tesoro, lo que contribuye a tranquilizar los mercados financieros y a mantener la volatilidad del mercado en niveles bajos.

Reflexión final sobre las ganancias del índice S&P 500: Los resultados del cuarto trimestre fueron sólidos, pero lo que ha cambiado es que las revisiones para el primer trimestre están disminuyendo más de lo habitual. Los principales factores detrás de esta caída se concentran en los sectores industrial y de consumo discrecional, especialmente en las categorías de vehículos y maquinaria. Esto en anticipación a la pronta implementación de las políticas arancelarias, es decir, durante el primer trimestre. Si los aranceles al final no entran en vigor o si son más limitados en términos de su alcance de impacto, esto podría sentar las bases para cuando menos ciertas sorpresas positivas al alza. El índice de fabricación ISM ha vuelto a la fase de expansión por primera vez en dos años, y tradicionalmente ha sido el principal indicador confiable de la reaceleración del crecimiento de las ganancias.

En términos netos, el consenso sigue previendo que las ganancias del índice S&P 500 aumentarán a un sólido 13 % en 2025. Si bien puede resultar tentador extrapolar esto como un indicador de un sólido rendimiento proyectado de los precios, vale la pena recordar que los retornos del año pasado fueron impulsados principalmente por la expansión de múltiplos, una dinámica que, en nuestra opinión, es poco probable que se repita en 2025, especialmente considerando que el índice S&P 500 sigue cotizando por encima de 20x. 

Mientras el índice S&P 500 alcanzó un nuevo máximo histórico recientemente, la preocupación de los inversionistas ha ido en aumento debido a estos niveles de valuación. La opinión no es del tipo “sin restricciones”, pero 2025 claramente se percibe de manera diferente. Sin embargo, algo que no ha cambiado es que los inversionistas siguen buscando catalizadores para que este repunte continúe.